Lo siento pero ya no soy una niña. Tengo veinte años y ahora quiero que me escuchen a mi. Quiero que me respeten y quiero opinar.Sinceramente a veces parece que nadie me ve. Pero cuando se trata de trabajar, de hacer las tareas de la casa o hacer favores, mágicamente todos recuerdan que existo. Sin embargo cuando soy yo la que protesta o la que necesita algo, de repente me vuelvo invisible y no entiendo por qué. ¿Acaso soy menos que los demás? ¿O es que a nadie le importa lo que pienso? Lo sé, se que a veces parezco una loca histérica que todo lo quiere perfecto, pero no es así. Y cuando me pongo así es porque ya he aguantado demasiado y al final no puedo más. Vamos, como todo el mundo.¿Sabes esa expresión de "dar la razón como a los tontos"? Pues así siento que me tratan.De vez en cuando me enfado por tonterías y acabo discutiendo con medio mundo. Pero esas tonterías para mi son importantes. Le proporcionan un orden a mi vida y a mi cabeza que necesito.Tal vez por eso empecé a escribir. Busco una salida, canalizar todo aquello que no puedo expresar hablando por miedo a lo que otros vayan a pensar o decir. O, simplemente, me he cansado de decir las cosas y que todos pasen de mi.Pero no me mal interpretes. Mi familia me quiere, de eso no tengo la más mínima duda. Y se preocupan por mi, eso tampoco lo dudo. Pero no entienden que yo soy así. Que he crecido y madurado. Y ahora soy yo la que decide.Quiero mi libertad de expresión y aquí la he encontrado.