Creo que al hablar de valores humanos sería absurdo no reconocer los cuantiosos y evidentes méritos de la mujer, ganados a través de varios aspectos: Por su naturaleza, como es el ser madres en un proceso sacrificado; por su inteligencia, porque ha sabido acondicionar a lo largo de la historia humana su desventaja física y logrado establecer prerrogativas con estrategias; por su dote mágico que recibió de la vida: el ser hermosa, lozana, fragante, frágil y dulce.
Desde mi perspectiva varonil creo que la mujer es en la tierra la mejor creación, y me atrevería a asegurar que interpreto a la mayoría de los hombres del mundo con ello y también apostaría que se incluyen ellas también.
No obstante, en el último tiempo, se ha gestado un movimiento a nivel universal que busca básicamente igualar los géneros atrincherado en una posición antagónica que establece fronteras. De alguna forma, los hombres somos sus enemigos, pues se habla de un MACHISMO, enmarcado en un espacio de victimización.
Desde mi particular punto de vista, semejante rebelión no es más que una absurda moda con aromas de afanes figurativos, la mayoría alimentados por estrategos políticos o por pseudos intelectuales empoderados y aburridos que no tienen algo productivo que realizar.
Pero respecto de tu poema propiamente tal, mi estimado Jorge Luis, estimo que es un sutil, justo y docto trabajo literario digno de apreciar, pues me agrada su rica estructura verbal, sin embargo choco con el ensalzamiento que brindas a una "cohorte" que no me inclino a reconocer.
Saludos respetuosos y cordiales.