Ladrones de almas
Publicado en Jul 02, 2018
Siempre tengo la esperanza de que alguien llegará a mi vida para quedarse, sin embargo sólo conozco amores breves, esos a los que yo les doy todo mi cariño y les pongo todas mis ilusiones mientras ellos sólo me ven para pasar un rato, unos días o unos meses... Suele comenzar todo cómo una bonita historia, o quizá yo misma la idealizo o la exagero en un intento de no sentirme tan sola. Y entonces empiezo a notar palabras vacías, siento cómo cada vez se alejan más y de repente esa persona olvida todos los momentos vividos y me abandona, otra vez. Entonces empiezan mis noches de insomnio, de preguntarme si todo lo que había ocurrido con él era real, y si lo era ¿Cómo lo ha olvidado tan fácilmente? ¿Por qué ahora lo veo con sus amigos riendo, o saliendo con otra chica y sin embargo yo estoy destrozada? Ahora no puedo salir de mi habitación, no puedo levantarme de la cama, me pesa mucho el cuerpo y me tiemblan las piernas, me han utilizado y no valgo nada. Me miro en el espejo y solo me doy asco, ya no me siento bonita ni atractiva, me siento la basura con la que se entretienen los hombres mientras encuentran a una mujer de verdad. Veo la caja de somníferos, quiero desaparecer. Pero entonces imagino que alguien entra por la puerta de mi habitación, se sienta en el borde de la cama y me acaricia hasta que dejo de llorar.
Se que en una semana estaré mejor, y dispuesta a que me vuelvan a hacer daño de nuevo.
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juan carlos reyes cruz
Es una muy mala disposición, María, pues te aseguro que tu pareja ello lo advierte, se pone a la defensiva y crea los anticuerpos necesarios para que él no se vea afectado con tu actitud. ¿Qué firme relación puede surgir con tan evidentes elementos de inseguridad? Por supuesto que ninguna.
No intento, María querida, aconsejarte que frente a un nuevo vínculo amoroso te integres confiada al extremo de entregarte a ojos cerrados, pero sí puedes acudir a él confiando sueltamente que será un evento mutuo, placentero y sincero.
Buena suerte para la próxima.
Maria