Irona entre fuegos.
Publicado en Jul 11, 2018
Había en su alma un gran bagaje de rica experiencia; sin embargo, a las alturas de su vida la mayoría de los que él había querido tanto ya habían partido. Esa soledad produce frío…
En esos senderos que se recorren en silencio, descubrió una hoguera muy bien encendida, alimentada de buenos leños y una atmósfera bien oxigenada. Pensó él que tal calor alejaría su entumecimiento y se sentó frente a las llamas muy confiado para deleitarse con lo ofrecido. Deslumbrado con su rojo intenso se inclinó hacia él sin darse cuenta y fue justo en ese instante que un vientecillo impertinente sopló de manera muy agitada, oxidando más el fuego cuyas largas y ardientes lenguas le alcanzaron la piel del rostro, también sus cejas, sus cabellos y su amor propio. Asustado, dolorido y apenado se alejó de la fogata, masticando amargamente la ironía. Él tan solo había buscado la tibieza y resultó muy herido. Este cuento me recuerda con igual tristeza cuando viví en estas páginas una ironía semejante. Entonces era otro ¿Lo recuerdas?
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Enrique Gonzlez Matas
Un buen abrazo.
juan carlos reyes cruz
Al respecto, por el hecho de haber notado una determinada reaparición, los chisporroteos de mi fuego interno no se dejaron esperar y pujaron caprichosamente por evidenciarse.
Saludos, amigo.