Extrao
Publicado en Jul 18, 2018
Soy una persona que se deja llevar mucho por sus sentimientos y así he sido desde que chica, los últimos años me he propuesto a cambiar esto de mí o a, simplemente, destinar ciertos momentos del día a ser lo emocional que quiera y pueda pero no todo el día. A veces pienso que estas son las consecuencias de haber visto tantas películas de princesas y series infantiles donde su principal objetivo es demostrar que lo más importante es el amor; quizá esto sea lo que hace que me sorprenda de la maldad que puede llegar a tener un alguien. Desde siempre ha habido guerra, peleas, disgustos, asesinatos, violaciones, homicidios, venganzas... en resumidas cuentas: violencia. A los 12 años, entre todas mis dudas del mundo y la vida en general, la más grande era ''¿Por qué una persona hace el mal sabiendo que está mal?'' jamás me lo terminé de explicar, ni los libros que he leído, ni las enseñanzas que me ha dejado mi madre o mis amigos. Recuerdo lo mucho que me impactó enterarme del exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial y he perdido la cuenta de cuántas películas del tema he visto como para que hoy en día tenga un compañero en mi Universidad que afirma que todo es mentira, esto último me hace pensar mucho en cómo podemos ser tan fácilmente infuenciables o cómo podemos tan fácilmente manipular la información a nuestra conveniencia. Actualmente, no sé si sea real o no, igualmente respeto y adoro a mis amigos alemanes que aún no he conocido. ¿Cómo puede alguien guardar tanto odio en su interior? La psicología afirma que son por problemas que éstas personas han tenido de cuando eran pequeños, traumas psicológicos, etcétera o que los homofóbicos son homofóbicos porque no son capaces de salir del clóset y que por este motivo sacan excusas como la religión. Yo sólo pienso que son estúpidos. No juzgo ni juzgaré a alguien sólo por ser diferente -en cualquier sentido- a mí, sólo le juzgaré si es estúpido o no. Opino, que si en tu niñez sufriste de abuso familiar cuando seas mayor harás lo que sea para que a los demás no les suceda lo mismo pero, parece que a la mayoría de las personas no les pasa eso por la cabeza ni tantito. Me gusta decirle cosas lindas a los demás o hacerles regalos sin que se los esperen, es algo que me llena y me hace sentir muy bien. Una vez le dije a una compañera del bachillerato que su saco era lindo y el resto del día estuvo muy feliz -sé que no soy el ombligo del mundo, ni que éste gira alrededor de mí, pero ese día así lo percibí- o en el pasado 14 de febrero que hice cartas a mis compañeros de la Universidad, tampoco se lo esperaron. Ese día me sentí plena. Sé que es mejor dar que recibir pero, a veces, me siento mal de no recibir ni la mitad. Una vez leí que por más egoísta que suene no hagas algo sin recibir una compensación a cambio -sea la que sea- y quizá tengan razón. Simplemente: el trabajador merece el sueldo del trabajo que esté dispuesto a laborar; todo el mundo merece el amor que esté dispuesto a dar, es decir, el amor que intenta darle a los demás. Fin.
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juan carlos reyes cruz
Las guerras, la maldad y los absurdos jamás dejarán de existir, Pao, por mucho que surjan a diario marchas pro paz. Para mi es mejor y práctico deambular por la vereda iluminada, pendiente del vaso medio lleno y rodeado de gente alegre. Lo demás es tomar una gota de veneno cada día. Al menos a mi me ha dado buen resultado.
No obstante, puedo estar equivocado.
Pao Fausil