Sorprendeme en mi despertar
cuando el sol, sin permiso,
entre por mi ventana, y...
sutilmente a mi rostro inerte
comience a iluminar.
Siéntate entre mis cobijas
y con una sonrisa... despierta
a mi alma porque allí,
¡porque allí duerme mi soledad! 
Sorpréndeme en el desayuno
cuando lo comience a preparar
y observe casi con disimulo
que bastaría solo un sorbo,
un sorbo rápido de café
para no demorar este ritual.
Sorpréndeme al mediodía
cuando, al menú de la carta
yo no pueda ordenar...
porque habrá un sitio vacío
que tal vez... ¡tal vez...!
tú lo quisieras ocupar.
Sorpréndeme cuando la tarde,
se duerma en el ocaso una vez más
y la noche llegue espléndida
con su hermoso traje de gala
para hacer más intensa 
esta, mi tonta ansiedad.
¡Sorpréndeme cielo mío!
para que bajo el lecho
de las estrellas... ¡este sueño mío...
este sueño se haga realidad! 
 
-Raquel Zurita