Adiccin
Publicado en Aug 10, 2018
A veces es complicado expresar lo que se siente en momentos determinados. A veces hacemos cosas que llevan a consecuencias negativas, y aun así no nos arrepentimos. Pero en verdad vale la pena? Nos movemos por impulsos, por momentos, por caprichos, pero sobretodo por sentimientos. Somos un ser con una mente que nos permite tener la capacidad de pensar que queremos hacer, pero no siempre en lo que en realidad debemos. Podemos hacer lo que queramos, podemos controlarlo casi todo, todo menos lo que sentimos.
Las personas, son nuestra mayor influencia. Puedes tener tu propia personalidad formada y ser de una determinada manera. Pero un día, llega otra que te rompe los esquemas. Influye en ti, en tu forma de comportarte y de pensar, te hace olvidar. Y eso es algo que no podemos controlar. Muchas veces, reaccionamos de una forma que no es propia en nosotros, improvisando, dejándonos llevar, sin tener en cuenta el control. Pero en verdad estas haciendo bien? En verdad esa persona te está haciendo bien? Quien lo sabe, nadie puede meterse en tu cabeza y observar como funciona. En este aspecto, estamos solos. Puedes intentar expresar lo que sientes con otra persona, pero nunca lo va a interpretar de la misma forma que tu. Y eso es lo que nos hace únicos. Muchas veces te equivocarás, dejarás la razón al lado y prestarás atención al corazón. Esto está bien, equivocarse es la mejor manera de aprender. El daño provocado hará que te conviertas en una persona más fuerte, que en el fondo, nunca dejará de ser la más débil . Por eso llamamos "debilidad" a la persona culpable de todo esto. Quien sin querer, hace que te comportes como si fueras gilipollas. A veces para bien, pero muchas otras para mal, no podemos controlarlo, y menos controlarnos a nosotros mismos. El problema está, cuando esa persona es la que lleva el control. Te harán sentir especial, diferente. Que ingenuos. Puedes pensar que estás en otro mundo, donde el tiempo se detiene y lo único que importa eres tu. Te sientes bien, sientes que tienes el control. Hasta que te despiertas a la mañana siguiente, del sueño. Y ves que nada ha cambiado, todo sigue igual. Enfrentarse a la realidad es probablemente lo más difícil de una adicción. Pero no tienes el control, no puedes cambiar las cosas, no puedes obligar a alguien a que te quiera.
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juan carlos reyes cruz
Claramente cuando se produce una situación semejante de "adicción", sometimiento, negamiento de la voluntad, dentro de una relación de amor, existe un culpable mayor y otro menor. El mayor es la supuesta víctima, porque a pesar de su consciencia, sabiendo que lo pasa mal o que siente dolor, se deja manipular y se entrega a su cancerbero, el que es también culpable, pero menor. Éste carga con la responsabilidad de aprovecharse del error de su víctima.
No obstante, estoy haciendo éste juicio desde la perspectiva de observar sufrimientos, desventajas, o injusticias, porque existe, también, una instancia parecida, pero sin dolores, ni obscuros corredores: la de adicción y atracción por quienes son imposibles, por los inalcanzables, los prohibidos... los de la otra ribera del río torrentoso. En aquellos casos solo existen dos evidentes opciones. Escoger la tortuosa senda del silencio, o saltar al abismo con las alas de la aventura y dejar que el destino otorgue la última palabra.
En el amor también se toman decisiones, Sara.
Sara
Raquel
Sara
Antonio Valenzuela Vargas
Gracias Sara
Be fin de semana
Sara