Un día de mi vida
Publicado en Aug 20, 2018
Aun quedan recuerdos que hacen
que entre sonrisas y tristeza , yo los pueda mostrar....porque han dejado huellas que forman parte de mi andar... Era una mañana ...la brisa juguetona se divertía y al pasar...ya había decidido ponerme un vestido color otoñal, en homenaje a esas hojas doradas con el más perfecto diseño que la arquitecta naturaleza les pudo dar... hojas que se desprendían de los árboles cuando el otoño nos venía a visitar... y en danzante vuelo, cual aeroplano... sigilosas, se posaban en todo lugar. Tenía yo la sublime misión de pagar algunas deudas...¡eso si que me quitaba el sueño! porque era una obligación sin postergar... Subí gallardamente al omnibus... mirando por la ventanilla de aquí para allá... asombrándome como si no conociera el lugar... Llegaba ya a destino...¡qué suerte! ya me debía bajar... y de paso... según como quién dice la cosa... recorre el centro... ¡pero por supueston nada me sobraba....nada podía comprar! Me acerqué hacia el timbre suavemente y me aferré a el...y en cuestiones de milésimos de segundos, una mano sobre la mía...me hizo sorprender... La puerta del omnibus ya se abría.. yo con un pie arriba y otro por descender y una voz galante de un caballero muy cerca de mi expresó: "Espere...espere.. señorita que se lo tengo que decir...porque sino me puedo arrepentir"... los pasajeros miraban porque no adivinaban lo que pasaba mientras él me decía: "espere... espere tengo que decirle que usted es la mujer más hermosa del mundo..." Posé mis rodillas en la vereda como pidiendo perdón por tamaña mentira... el omnibus continuó su camino pero un zapato mio... no se quiso bajar y adentro quedó y al doblar el vehiculo la esquina, desde el interior alguien hacia pirueta con mi zapato... uno de los tantos comedidos que pasaban por el lugar me ayudaron a levantar, otros con zapato en mano me lo querían calzar... con mis rodillas de rojo carmesí erguí mi cuerpo con mi dignidad hecha pedazos porque... la "mujer más bonita del mundo" no podía flaquear y entonces comencé a caminar... caminar... caminar sin importar que las miradas, que no por lo dicho de bonita sino por mi desastre universal. Llegué a casa... a gritos me puse a llorar... ¡Ah...! de pura humillación la cuenta... ¡la cuenta quedó sin poderse pagar. MI DIGNIDAD PRIMERO... Y LUEGO LO DEMÁS! -Raquel Zurita
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juan carlos reyes cruz
Poco a poco descubro tus encantos, aunque quieras ocultarlos.
Muchos besos.
Raquel