Érase una vez un niño que vivía en un pueblo muy lejano a la ciudad. Ese niño se llamaba Ángel David. 
 
Un día, sus padres le dijeron que se iban a ir a la ciudad y él preguntó: - “¿por qué? A lo que respondieron: - “Vamos a cuidar a la abuela”. Él aceptó pero dijo: -“Voy a extrañar mucho a mi mascota, aunque vamos a volver en diciembre”. 
 
Cinco días después, ya estaban instalados en la ciudad. Entonces, Ángel salió con su sombrilla a comprar el almuerzo y estaba lloviendo.
 
En el camino vio a un perro muy triste y le preguntó: -“¿tienes dueño o estás solo?” y el perro le dijo: -“mi dueño me abandonó aquí en medio de la calle”. Ángel dijo: -“pobre, y ¿cómo te llamas?”, -“me llamo Tobi” dijo el perro. De repente, Ángel le dice: -“Bien Tobi, te llevaré a mi casa, te daré comida, te bañaré y descansarás para mañana sacarte a buscar a tu dueño”.
 
Al día siguiente, salieron al parque y ambos se encontraron a una perrita que se llamaba Sami y a su dueña, que era una niña muy bonita llamada Karen Vanessa. El perro que estaba con Ángel se enamoró de Sami y tuvieron hijos. 
 
Mientras que Ángel y Karen se hicieron muy amigos y todos los días los llevaban al parque para que se vieran; y a sus hijos también, y así todas las vacaciones hasta que Ángel tenía que volver a casa en diciembre. Fin.
 
Autor: 
Karen Vanessa Navales Beleño. 9 años. Grado 302.