5 000 lecturas.
Publicado en Nov 26, 2018
. 5 000 lecturas.
¡Qué tiempos aquellos! Y por favor que nadie se atreva a decir que uno respira por la herida, porque me veré en la necesidad de denunciar a los verdaderos culpables, cuales son los falsos escritores, los frustrados que tienen la urgencia de volcar la fiebre de sus mentes, los que buscan explicación a las inconveniencias que rondan en sus cabezas y, también, algunos que intentan cimentar lo injustificable. Porque hubo tiempos bellos en este lugar donde se podía disfrutar plenamente de valores muy profundos y calidades auténticas. Si bien es cierto hubo exponentes ácidos que desataron polémicas, ellos fueron los mínimos. En el 2010 uno de ellos causó mi desaparición total de la página; llámese borrar nombre y escritos. Reaparecí en un gran tiempo después con un perfil diferente, porque tal como acaba de citar uno de los actuales en su comentario para alguien que se despide, “Uno siempre termina por volver”. Pero uno regresa con pasión, renovado, dispuesto a manejar las situaciones con un mejor enfoque y tolerancia. Regresa con madurez. Desgraciadamente las zancadillas pueden repetirse y caí de nuevo en los absurdos denuestos de alguien y volví realizar borrones como los anteriores. Una vez más desaparecí. Pero nuevamente regresé, porque este sitio tiene un encanto semejante al amor que jamás se olvida. Otro perfil más, una coraza renovada y más madurez… Y muchos más años acumulados. No obstante la concurrencia ha cambiado en su mayoría (por supuesto no todos ya que varios mantienen su sabiduría, dulzura e incondicionalidad). Demasiados son los que no responden a tus comentarios, demasiados los que escriben por accidente, demasiados los que prefieren leer textos de una página, demasiados los que legitiman inexistencias. Pero amparado en el nuevo ímpetu, se impone la nueva tolerancia y la letra de aquel entonces intenta encontrar el reconocimiento de entonces… Una vez, en el 2010, obtuve orgullosamente cinco mil lecturas con uno de mis cuentos. Con el resto no alcancé tan digna cifra, pero tampoco fueron despreciables y sus guarismos indicaban 900, 1 000, etc. Hoy, luego de todo el esfuerzo desplegado, la pasión y el anhelo de entregar una parte importante de tu alma, obtienes 15 lecturas y –en buen caso- dos comentarios. ¡Qué tiempos aquellos..! La página muere… Juan Carlos Reyes Cruz.
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Mara Vallejo D.-
“Un escritor profesional es aquel amateur que nunca se dio por vencido”. – ( Richard Bach.)
Quiero cumplir uno de mis sueños ( escribir ...) en éste gran firmamento llamado arte, el cual moldeo con mi alma, sentir y a través de talleres. La insistencia quizá un día me brinde la oportunidad de conseguirlo!.
Publicar con los poetas de hace años y actuales me incentiva, pues se que todos tuvieron el mismo inicio.
Que tiempos aquellos ...! La página muere. . . (Este final me descosió el alma hasta los huesos)
Decadencia . . . dice Enrique . . .
Disculpen pero hoy, me entristecieron las letras !!!
María
juan carlos reyes cruz
No obstante, creo que sí he exagerado en un término y me has hecho reflexionar sobre mi arrepentimiento, porque lo que en realidad se acerca a morir es mi esperanza y no la página y ha sido la senilidad quien me ha causado un zancadilla y proferir un exabrupto inadecuado.
Bach, tiene toda la razón; yo me he considerado siempre uno de los que no se dan por vencidos a través del tiempo, pero entre tanto cometo errores. Por ello te pido perdón por dicho lapsus.
Raquel
juan carlos reyes cruz
Raquel
juan carlos reyes cruz
Juan Carlos.
Raquel
Enrique Gonzlez Matas
Sigamos adelante, querido amigo, y seguro que vendrán mejores tiempos.
Un buen abrazo fraterno.
juan carlos reyes cruz
Te estimo como si te tuviera aquí a mi lado, Enrique.
(Y yo que siempre quise oler las tierras mojadas por las olas mediterráneas, ver el amarillo teñido de rojo por la tradición torera, el garbo y la pasión gitana y, en su esencia, el arrullo de vuestro acento meloso... sobre todo en labios rojos curvados en boca de una española... En la otra vida Constanza y yo seremos españoles).
Enrique Gonzlez Matas
Tu gran corazón, aunque débil en lo físico, se extiende espiritualmente a tus amigos; yo, también, hubiese querido visitar y oler tu tierra y sus gentes, pero no creo que ya pueda hacerlo porque le tengo mucho respeto a los aviones.
Bueno, Juan Carlos, ánimo porque aún nos queda mucho por vivir.
Un gran abrazo.