La ltima justicia
Publicado en Dec 04, 2018
La última y definitiva justicia es el perdón. Las palabras acribillaban su cerebro sin piedad mientras subía por sus piernas erizadas unas bragas agujereadas de encaje negro. El olor del sexo impregnado en la prenda casi la hizo vomitar. Se mordió la lengua hasta que el dolor la hizo reaccionar. Con una dulzura extraña y perturbadora acarició el objeto fálico que estaba sobre la cama. Con sumo cuidado y una abrumadora perversión, se lo colocó dentro de las bragas, pegado a su pubis, casi conectado con su parte más intima. Dio un respingo. La NAA guardian 380 de calibre 9 corto, estaba terriblemente fria. Caminó sintiendo el vertiginoso placer del arma pegada a su coño. Miró fijamente al hombre que tenía enfrente. La última y definitiva justicia es el perdón. Acalló la frase de un plumazo con un leve movimiento de su cabeza. -Quiero denunciar una violación. -¿Cuándo ocurrieron los hechos?. Contempló su rostro con sadismo, con una perfecta mirada de bestia. Metió la mano entre sus piernas y acarició el frío objeto fálico. Lo sacó con una rapidez pasmosa, a la velocidad de la luz y empuñó el arma de forma letal. Apuntó a la cabeza como una experta maestra mientras se relamía con saña. -¡Hace seis meses, tú me violaste hijo de la gran puta!. Pum. Los sesos del policia se esparcieron por la pared. La última y definitiva justicia es el perdón. Pero ella jamás podría perdonar.
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ANTONIO CONDE