De pronto el sonido de unos tambores logra despertar al combatiente descubriendo casi al instante  un pequeño pero adolorido tatuaje de unas garras, no podía estar sucediendo un sentimiento de rabia estremeció su cuerpo, aquel feroz león había logrado su cometido, había dejado huella en su formado y tonificado ser; bueno que se le puede hacer, creo que todos somos parte de un pasado ya sea oscuro o iluminado; con la aceptación y resignación viene el olvido junto con el perdón.
No es así, por algún extraño motivo llamado dolor y venganza esta guerra sigue, y no descansaremos hasta verte derrotado, hasta que puedas palpar mi dolor, mi angustia, mi frustración e impotencia, mis preguntas sin resolver, mis lagrimas que brotaban y quemaban como acido mi pequeño y destruido corazón, hasta que puedas lograr lo imposible, hasta que tengas el poder de resucitar a los muertos, así sea en esta vida o en el infinito, este sentimiento te seguirá hasta cobrar justicia por lo que le hiciste y me obligaste hacer... el, yo, seguimos perdidos, seguimos dispersos en las sombras, no hay descanso; a diario esta locura nos invade esta presión nos sujeta, es como una explosión de la cual brotan alas manchadas de sangre, cayendo a rodillas deslizándonos en un oscuro espiral.
Y bueno a todo este drama, debo saber que sucedió, que fue lo que nos hizo, le pregunto el corazón al soldado y este quiso responderle, interrumpido por la voz de la realidad, exclamando abre los ojos !
Esto e slo que hizo
esto es lo que hay... esto es lo que queda.