Enero 05 de 2019    
 
 
     Pasaba yo caminando,  por el frente de un jardín.  Allí, estaba  él, con su mirada triste  contemplando la mañana,  sin prisa , sin tiempo, sin sueños , sin  emoción.   
     Los colores , los perfumes de tantas flores se fusionaban para deleitarme desde el pricipio hasta el fin.  Volví hacia atrás, sobre mis pasos, pacientes , calmos y con el el alma henchida de gozo y alegría,  le expresé: 
                     __  ¡ QUÉ HERMOSO ES SU JARDÍN.!!! _a lo que él me respondía a los gritos :_
                            __"" No...No... está aquí__"   
                      Segura que yo me habría equivocado , volví a expresar: 
                       ___   "¡QUÉ HERMOSO ES SU JARDÍN SEÑOR"___  
   Alguien, desde el interior de una sala , salió hasta el jardín diciéndole con infinita ternura :
                       __"No papá, ella te está diciendo que tienes un hermoso jardín__"
La miró con inocencia de un niño, mientras le decía
                            __"No me grites ...yo ya la entendí__" .     
    Cada expresión o frase que yo le decía en alabanza de tanta belleza que había en el frente de su casa a la que él devolvía con la luz de su sonrisa , la hija trataba , casi con dedicada preocupación , de interprtarle con claridad a él, siempre con sus ojitos abiertos como queriendo introducir en ellos cada pedacito de perfume y cada pedacito de color, le respondía:
            __"No soy sordo, yo si entiendo...No me hables fuerte__".   
   Me despedí sin darme cuenta , con un tono de voz fuerte, no sin antes decirle :
    ---"Las flores son hermosas, cada vez que paso me quedo a contemplarlas  sin querer-_"     
   Me había complicado un poquito...Me frusté ...No había logrado hacerme entender, porque él me respondió:
                  _"Si , tal vez otro día nos volvamos a ver__"     
       De regreso a mi casa, por el mismo camino pasé. Calculando lo que diría si él estuviese de nuevo ahí,  ensayé unas palabras para que él me pudiera comprender..Y, sí...Allí estaba..... sentado en la vereda bajo la hermosa sombra de un siempre verde, árbol frondoso, prolijo y vistosamente podado, pero ganándome de mano, me encaró primero.:  
    __""¿QUÉ  USTED CREÍA QUE YO ERA SORDO ? PORQUE ME GRITABA IGUAL QUE MI                                          HIJA__"
       Con mucha verguenza traté de responder que esa no era mi intención, pero el continuó diciendo:
            _"NO...NO...HIJA.. YO SI LA ENTENDÍA..USTED ME DECÍA" QUÉ PENOSO ES PASAR POR AQUÍ" ..ES QUE TODAVÍA  HIJA A LA VEREDA NO LA PUEDO ARREGLAR__""     
     Todo se me había venido abajo..Las palabras preparadas para poderlo seguir con su charla a su manera, ¡habían desaparecido de mi mente!!   
    Entonces atiné a acariciarle  la nieve de su cabeza , esa que tenía por los años vividos desparramándole sus finos hilos  de cabellos para que la brisa los descubra y comience a jugar con ellos. Le di un  beso en su frente, y a la mano temblorosa que se aferraba a un bastón revelde pero que no se rendía. Y como un susurro en un pequeño cono que le acerqué a su oido, cono que él tenía en uno de sus bolsillos de la camisa, le dije con mucha suavidad y profunda emoción:
                          __"NO SE PREOCUPE ,YA ARREGLARÁ LA VEREDA__" 
    Levanté mi mano moviéndola de un lado para el otro .   Comenzaba a marcharme muy compungida..Al dar vuelta en la esquina ,necesité mirar hacia atrás  y allí estaba él con su mano en alto, extendida, despidiendo así, aquella mi conmovedora partida..
     Mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas .Algo inestable atravezaba mi corazón.Era angustia...Pero también alegría, porque, aunque sea con códigos equivocados, él y yo pudimos dialogar , a su manera él...A mi manera yo.
       En mi mano quedó impregnada la esencia de la nieve en su cabeza ...Por los años de él vividos...Por el tiempo que le quede  en ese umbral de su puerta , la que se abrirá ante su partida...¡Que Dios  te bendiga, Señor dueño de tan hermoso jardín!!!
                                                                               Raquel