Imaginé que, como de costumbre, nada iba a suceder, que me iba a reír por un rato, conocer otra realidad y listo. Había cambiado mi forma de pensar, me cuidaba, me respetaba, sabía que no quería caer en una trampa de nuevo, era mi salvadora y se sentía tan bien. 
Estaba mucho mejor, aceptaba que no era perfecta, pero trataba todos los días de mejorar eso, me cuidaba y me mimaba, era una versión 2.0, había comenzado a lograr pequeños objetivos profesionales que nunca pensé que iba a poder concretar, me sentía bien, pero me sentía sola.

Siempre me pesó la soledad, de chiquita le había prometido a mi abuela que iba a ser mamá joven así ella era bisabuela, y ella siempre me recordó esa promesa, lamentablemente se fue cuando yo todavía era adolescente pero todavía pequeña para ser madre. Pero siempre me resonó esa promesa, todavía, casi 8 años después, me sigue resonando, solo que ahora lo tomo con humor.

Ya me sabía que cualquier conversación que alguien intentara tener conmigo iba a ser con un solo objetivo, romper apenas el hielo, y al hecho pecho (jajaja) y me cansé de esos mensajes, así que, simplemente me ilusionaba con una charla agradable hasta que llegabas a ese punto y mi mejor amigo se hizo el botón de bloquear (acto seguido recibía insultos de otras cuentas más de las mismas personas).

Hasta que llegó la pregunta que cambió todo, la pregunta para cualquiera sería una cosa sin importancia, para mi fue mucho, porque estaba relacionada con los Simpson's, programa que me encanta, pero una vez que respondí, no recibí respuesta, y ahí quedó todo, en la nada misma. Pero decidí escribirle, no quería que es momento se escapase, y ahí comenzó todo, a veces pienso que "por fortuna" y otras veces "por desgracia".
Noches de desvelo, donde no parábamos de hablar uno del otro, de conocer hasta lo más triste y lo más díficil, era maravilloso, conectamos, sentimos, nos unió eso y yo no tardé en caer, y le dije que lo quería. Pero el no tardó tampoco y me dijo que me amaba, y se sintió único, precioso, majestuoso, me llenó lo que me faltaba, me dio paz, porque yo también lo amaba.
Había muchos kilometros que nos separaban, y nuestra situación económica no nos ayudaba a estar cerca, pero el amor estaba, siempre lo supimos.
Pero, cuando me quise sincerar, y le conté sobre mi pasado, comenzó la tormenta más fea de todas, pasé a ser la peor basura, porque como iba a haber tenido una relación antes, como había llegado a un tipo de intimidad, y sufrí tanto, lloré tanto, no duró nada y ese amor me dejó, y yo lo amaba, y me dejó y me lastimó, me juzgó...
Y ahí debí haber puesto el freno, debí haberme ido, y no pude, porque me buscó, me pidió perdón, me cobijó y me protegió, pero yo no había hecho nada malo y sin embargo parecía la peor persona. Pero como volvió, todo pasó y volvía a amarlo aún más...
Cuando se trata de "intimidad" siempre supe que iba a esperar a estar con la persona correcta, con quien me quisiera enteramente, me protegiera y fuera algo importante también para esa persona, con quien iba a vivir ese momento sin ningún miedo. Creo que en cierta forma quería que fuera con él, cuando por fin estuviésemos juntos,  pero no algo inmediato, quería experimentar cada parte, porque era mi primera relación, el encontrarnos, el pasear, el tener aventuras por todos lados, y cuando fuese el momento recién pensar en "ello".
Recuerdo el día de la segunda pelea, en menos de dos meses ya dos peleas, él quería venir a verme, y quería que estuviera con el todo el tiempo, pasar la noche y que sucediera, y me dio miedo, porque si bien ansiaba verlo, sabía que no quería prometerle nada, porque no sabía si iba a poder. Y nos peleamos, de nuevo, porque no quería todavía perder el motivo de una de mis certezas más grandes. Y me dejó, sola, triste y sin saber que hacer.
 Pero dicen que el amor es más fuerte, y volvimos, otra vez la felicidad, pero esos mensajes, esos whatsapp's, esos textos, eran mucho, pero no había una voz allí que me dijera lo que sentía por mí, un video de algo que le emocionara que vea, solo veía su cara por fotos, pero su voz, haciéndome sentir segura, nunca estuvo, pero yo lo amaba, y era el amor de mi vida, y esa nada que recibía de su parte, para mi era todo.
Nunca supe de su casa, nunca supe de su familia, nunca supe de él, nunca supe sus sueños, por qué trabajaba tanto, por qué andaba a la madrugada siempre despierto y haciendo cosas. Solo supe que su inferioridad era muy grande, porque odiaba a cuanto hombre hubiera, y no soportaba a cada mujer que fuera por un hombre que no fuera “musculoso, carilindo, con plata”, pero no valoraba a quien a su lado tenía, quien pensaba que él era todo lo que podía necesitar, era como si no existieran todos los valores que yo veía en él.
Y se volvía todo raro, porque su facebook era falso, porque salía de la casa a horas raras, porque no lo conocía, porque me dejaba de hablar y por ahí pasaban días, porque se iba a trabajar y no sabía a qué, ni a donde, y su celular no existía, de alguna forma siento que le gustaba que dependiera tanto de él, que lo extrañara y que lo necesitara.
Creo que yo me fui cansando, las madrugadas hablando ya no eran seguidas, era constantemente tener que mandar audios o videos de lo que hacía y recibir palabras escritas, y no su voz, no su cara, no nada, era estar como con un  robot.  Y me pedía que lo fuera a ver, y yo tenía miedo, y me sentía desprotegida, le decía que viniera él, que yo le pagaba el pasaje, que yo le pagaba todo, o que nos encontráramos en un punto medio, pero no, tenía que ir, y me daba miedo ¿Por qué no escuchaba tu voz? ¿Por qué no te veía? ¿Por qué no venías por mí? ¿Por qué no nos sacrificábamos los dos? ¿Por qué?
Y ahí otra vez, nos separamos, y esta vez dolió mucho, pero me sentí bien, porque no quería ser yo la que se sacrificara y se sintiera tan sola y desprotegida, no quería quedar en la nada, no quería tener miedo.
Y los meses pasaron y llegó navidad, y no sabía nada de vos pero te extrañaba, y te escribía cartas que no te mandé, pero te escribía, te pensaba, y estaba triste porque te extrañaba y te necesitaba, aunque fueras solo una foto. Y ahí escondido, tu mensaje “Feliz Navidad”, y hablamos, y yo no intenté lanzarme a vos por más que así lo quisiera, y estuve tranquila, y no avancé, pero vos sí, y volvimos, y prometimos un año nuevo juntos. Y me dijiste lo que toda mujer en su momento deseó, que te querías casar conmigo, que habías averiguado todo, no te importaba mi poca plata, mi peso, como era, te querías casar conmigo y yo con vos, aunque fueras un holograma.
Me cambió la cara, se notaba que estaba enamorada, todos me lo decían, se notaba que estaba feliz, y sin embargo no lo podía decir, porque no tenía nada, solo palabras y una foto, y vos, tenías pruebas, tenías mi voz eligiéndote cada día, y yo te amaba, pero tenía miedo
Y no pude, porque no me protegiste, porque querías el futuro conmigo pero sin sacrificarte, no viniste, no aceptaste mis propuestas, y yo tenía miedo, no quería ir sola, me daba miedo, no podía y vos no me cuidaste, no me hiciste sentir bien, me abandonaste.
Y yo te seguí amando, y lloré cada día por vos, y no me extrañaste, me dejaste, me abandonaste, me hiciste sufrir, llorar, morir, y no volviste. Y yo te extrañé, y te amé a pesar de tus cambios, de tus errores.
Y yo, me enamoré de una foto, de una nada, de un cero, de un vacío.