Febrero 17 de 2019     
 
  El retumbar de los redoblantes en cada una de las noches , apenas a unos días de haber comenzado el mes de febrero del presente año,traen de la mano hasta mi memoria los dulces recuerdos de mi infancia en aquellos años ,ya a las puertas de una pubertad. 
 Allí veo a mi madre sentada frente a su máquina de coser, mientras que , como por arte de magia,escucho el musical ruido de los pedales al atravezar la tela por debajo  del yugo de dos feroces agujas: una para costura de trazos cortos y otra para costura de trazos más largos. 
 Disfrutaba yo de una genial dormida en un sabado de otoño  casi primavera, cuando me despertó una voz que venía desde afuera de casa la de mi pueblo natal hacia la habitación donde mi madre estaba con sus costuras..Voz que decía de manera muy alardeante:
__"Clara...Clarita, ¡no sabes desde qué tiempo deseaba yo venir a verte amiga__"
a lo que mi madre respondió con la misma algarabía de ese deseo:__
__"¿Y porqué no venías..?__" mientras se fundían en un abrazo de nunca acabar dedicándose ambas alabanzas de aquí para allá..Yo, al ver que no era ninguna de mis tías, me quedé observando desde atrás de la cortina...¡Hablaron...Hablaron...Hablaron...! 
   Más tarde, mi padre recién llegado desde el trabajo del ingenio, y ya en la mesa del almuerzo,se enteraba que Dora ,amiga y ex compañera del profesorado de "Corte y Confeción",  le había pedido si le podía ayudar a confeccionar los trajes para treinta señoritas que serían parte de las comparsas en el carnaval de febrero del año entrante..Mi padre preguntó si lo podía hacer a lo que mi madre contestó que sí , que Dora vendría por decisión propia a casa todas las tardes y los fines de semanas necesarios.  ¡Y comenzó la preparación..!   Un gran despliegue de tules; organdí; raso;  lentejuelas; canutillos; perlas y piedras de distintos colores y tamaño eran la escenografía que presentaba a partir de ese día el comedor de casa...
    ¡Ah..!..Yo también ayudaba...Claro, solo le alcanzaba a mi madre lentejuela por lentejuela...Canutillo por canutillo..¡Pero sí que era trabajo ya que había cientos...Miles...Más que miles de esas cositas pequeñas que brillaban y que se resbalaban en las yemas de mis dedos...Sin contar lo que el gato desparramaba....Y sin contar también la cantidad de agujas de coser a mano que yo le perdía, porque ,claro, mi madre me daba a mí para que la enhebrara ..¡y el hilo pasaba por lejos..! 
   A veces Dora no llegaba..Cuando al día siguiente se presentaba nunca le decía a mi madre la causa que le había impedido , tampoco ella le preguntaba nada...Callada avanzaba con cada una de su costura durante la noche y, para no hacer ruido , solo bordaba la gasa o tul o el organdí...
   El tiempo avanzaba y los corsos del carnaval se aproximaban...¡los trajes debían estar listos!. Al de los varones lo confeccionaban en otro lado.   Un tarde Dora llegó muy callada , muy trite , demasiada introvertida.Se dedicó a coser, bordar y era como que se quería "ahogar" con el trabajo..   
   El día de la prueba final de los vestidos tenía que hacerse...Durante toda esa semana y de todo el mes de enero del año nuevo , las chicas desfilaban por casa midiéndose el vestido:¡quedaban encantadas..Maravilladas al ponérselos y mirarse ante el gran espejo que hacía ver todo bonito de cuerpo entero. Dora estaba presente, pero pidió retirarse temprano.Mi madre continuó con los ajustes y algunos otros detalles. 
  Casi durante un mes entero los organizadores de los corsos se habían dedicado exclusivamente a hermosear al pueblo: calles; plazas; avenida; luces ; fachadas de las casas; propagandas en radio ; parlantes por las calles; afiches pegados en todo lados donde había un espacio posible :¡todas las propagandas habían viajado a pueblos vecinos invitando a la gente para el gran corso!.. 
  ¡La gran noche ya estaba ahí con estrellas y todo !. El pueblo ubicado a ambos lados de la avenida estrenando iluminación....La calle enripiada como pista de aterrizaje ...Las luces de colores que atravezaban de un lado a otro de la calle brillando como oro puro...Los parlantes...Los vendedores...La música...¡Todo estaba listo para que empiece la funsión!.   En minutos llegó el delegado comunal y comenzaron los redoblantes anunciando que el desfile de comparsa ya estaba en camino...Mis abuelos; mis tíos /as, mis primos , mis padres, mis hermanos, mis amigas...¡No faltaba nadie en esa Noche de brillo y alegría.! 
 Las comparsas ya se acercaban :la de los indios; la de mascaritas...Y más...Y más. Por altos  parlantes anunciaban ya la comparsa donde desfilaban las señoritas de  vestidos confeccionados por Dora y mi madre:brillaban al pasar; corset  con lentejuelas,canutillos,  gasas  tules y una gran cola de pavo real, que salía desde la cintura angosta y con vuelos brillantes ,haciéndose más ancha cada vuelta que daba al bajar atrás , hasta un poco más arriba de los zapatos que destilaban fuego en cada piruetas de pasos de baile que realizaban sobre el ripio de la flamante avenida...¡Los aplausos eran estruendosos...!
  Mi madre y toda la familia de las chicas de esa comparsa lloraban de emoción...Pero no encontraban a Dora en el lugar, pensaban que estaría en medio del tumulto de gente y que se había desencontrado con mi madre...
  Esa noche de brillo, madrugada ya , había terminado con gran beneplácito de todo el pueblo.Los vecinos hicieron llegar sus felicitaciones  al delegado comunal y organizadores.  Durante dos días más continuaron los desfiles de comparsas en los corsos...Al tercer día se eligió a la reina del carnaval de ese año ,  honor otorgado  a una adolescente que no solo era bonita, sino también que tenía excelentes notas en su quinto año secundario.. 
  Las niñas de la comparsa habían llegado hasta la casa de Dora, en Ciudacita, localidad más hacia el sur de Villa La trinidad...Se encontraron con vecinos, quines le habían comentado que el esposo de Dora la había golpeado esa tarde noche del primer día de los corsos, que no le creía que iba a trabajar con los vestidos; que culpaba que esa noche  , la noche de brillo ella se iría a encontar con alguien:Dora , además del destrozo total por parte del esposo de la casa prefabricada donde vivía , había perdido la visión de un ojo por la golpiza...Intervino la justicia, hospitalizaron a Dora y de alguna manera, tal vez por la acción solidaria de algún vecino, el hijo que estaba en Río Negro por razones de trabajo, volvió al hogar...Fue  a su padre y le transmitió muy de frente a frente que no lo quería ver jamás...¡Pero jamás..!..que se olvide de él como hijo..
 ¿ De quién fue la idea?...Nadie preguntó nunca , pero la verdad absoluta era que: las treinta chicas integrantes de la comparsa , a las que Dora  hizo los vestidos y no les quizo cobrar a ninguna...¡las treinta chicas se movilizaron ante el delegado comunal, le contaron quien y que había hecho Dora ; hablaron con los comerciantes , con los vecinos , lograron que les prestaran sillas, imprimieran cartones, donaran premios, invitaron a los pueblos vecinos de Medinas; Yucumanita; Monteagudo y otros ¡y lanzaron un gran bingo a beneficio de Dora!..y no solo eso: consiguieron ladrillos , donaciones de porlant cemento y todo material de construcción...El delegado, hecho las gestiones pertinentes , donó para Dora un pequeño terreno en el pueblo: en el que, con ayuda voluntaria de todos: hombres y mujeres, construyeron un módulo habitacional para que viva Dora , su hijo y su pequeño nieto... 
   Dora no recuperó más su vista derecha...Pero sentía felicidad en el alma y un profundo agradecimiento que expresaba, luego de salir del hospital, hacia su nuevo hogar:pero en el pueblo de La Trinidad para ser cuidada por todos...                                                               
                                                                                Raquel