Allí estaba, frente al mar...
devolviéndome a los recuerdos... respirando una brisa amarga
en la mirada diluida de los que desfilaban por mi pasado de historias incongruentes...
Mas siento espasmos a la vez en mi garganta como experimentando en mi interior
una fragilidad que no detengo.
Vivo sin vivir en esta vida ordinaria, que es como caminar
en un punto fétido,
sobre la realidad más triste
que me ha tocado vivir...
Y es en ese instante íntimo, cuando te presentía ya muerto en que te veo llegar de regreso
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y te instalas en mis recuerdos.
Tu rostro arrugado ya marchita por los años... sometido al embrujo de un devenir irrepetible donde se observan todavía
los despojos de ciento de palabras mudas que laten en su decir.
Y me pregunto, qué hubiese sido de mí
ante ese círculo de espantos que te detenía? en el que te fuiste esfumando poco a poco consumiendote en el anonimato.
Siempre marcando tu territorio
con recelo ...
pero yo estaba hecha de presentes
no de absurdos ni mentiras.