EL BAUTISMO A LA LUZ DE LAS ESCRITURAS
Publicado en Oct 01, 2009
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    EL BAUTISMO.
A LA LUZ DE LAS ESCRITURAS.
Iglesia Cristiana Vida Eterna en Jesucristo.
Sabana Nueva-San Pelayo-Córdoba-Colombia.
Margen Izquierda del río Sinú.
COCICRIS: Corporación Civil Cristiana.
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De Junio 6 de 2003.
Colombia-Suramérica
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Pastor y Representante Legal: David Jesús Doria Pérez.
Correo electrónico: cocicris@yahoo.com
 
Según el diccionario Ilustrado de la Biblia, de Wilton M. Nelsor, Editor, de Editorial Caribe, la acción del bautismo se expresa en el NT. Con el verbo griego baptidzo (intensivo de bapto), y sus derivados, y significa: introducir en el agua, sumergir o lavar con agua; y tiene por la raíz del griego baptizo, la connotación de: llevar al conocimiento de…., es decir, bautizar es llevar al conocimiento de algo que no se conocía.
Origen: Los baños o lavamientos sagrados eran comunes en las religiones paganas A.C.; pero el bautismo del NT, tiene antecedentes inmediatos en el AT. Y el judaísmo intertestamentario (entre el AT. y  el NT.) La ley prescribía varios lavamientos con agua.
Lavamiento: Uso ritual y simbólico en el AT. Levítico 15: Era imperioso lavarse el cuerpo cuando se cometían actos de impureza o inmundicia, porque de lo contrario no podía participar en actividades religiosas (Éxodo 19:10).
El lavamiento era de especial importancia en la consagración y servicio de los sacerdotes (Levítico 8:6) Éxodo 29:4: Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Éxodo 30:20: Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida a Jehová.
¿Qué era el Lavacro? Fuente de bronce (Éxodo 30:17-21); se colocaba entre el altar de holocaustos y la puerta del tabernáculo, y era indispensable para el lavamiento de los sacerdotes antes y después del ritual.
En el NT, los verbos griegos louo significa bañarse y nipto, que significa lavarse manos y pies. Para los fariseos solo el lavatorio externo era esencial y la pureza del corazón, carecía de importancia (Mateo 7:1-23 y Lucas 11:39-41).
Los profetas hablaron de lavamientos presentes:
Isaías 1:16: Lavaos y limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo.
Salmo 51: 2: Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Salmo 52:7: Purifícame con hisopo y seré limpio; lávame y seré más blanco que la nieve.
También de lavamientos futuros: Ezequiel 36:25-27: Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias, y de todos vuestros ídolos limpiaré. Os daré un corazón nuevo dentro de vosotros, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu (Cristo), y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu (Cristo), y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra (¿Cuándo? En la parusía o segunda venida de Jesucristo, que es para salvar a los que le esperan-Israel).
Joel 2:23: Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y haré descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio; y en 2:28 dice: Y después de esto derramaré mi Espíritu (Cristo) sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones.
Zacarías 13:1: En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de inmundicia. En 1ª a los Corintios 10:2: Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar.
El bautismo fue prescrito a los prosélitos (agregados o que se acercan), para incorporar a los gentiles a la comunidad judaica. También lo practicaron los esenios (secta judía o tercera filosofía junto con los fariseos y saduceos).
SIGNIFICADO DEL BAUTISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO.
El bautismo en el NT. Significa entrar por la puerta (Cristo), a la comunidad del nuevo pacto (bautismo en Espíritu Santo y fuego), permitiendo a los que lo reciben, experimentar los beneficios de dicho pacto (vida eterna y galardones), y desarrollar los servicios a Dios como reyes y sacerdotes, en el reino de los cielos, al recibir el bautismo en agua.
Juan el Bautista insistió en que se bautizasen los judíos, y Jesús se sometió al bautismo, con el cual inició su identificación con los pecadores y el servicio a Dios como rey y sacerdote; identificación que terminó en la cruz, con la expiación de los pecados para redención del hombre caído (Mateo 3; Marcos 1:9-11; Lucas 3:1-22; Juan 1:19-34).
Como señal inicial para el miembro agregado al pueblo del nuevo pacto, el bautismo reemplazó a la circuncisión: Colosenses 2:11-12: En él también fuiste circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo (bautismo con Espíritu Santo y fuego), en el cual fuiste resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos; todo esto llegó a implicar tanto los requisitos como los beneficios del nuevo pacto.
Juan el Bautista insistió en el arrepentimiento, el cual incluía una confesión pública de pecados, y le prometía a los bautizados el perdón de ellos.
El Bautismo cristiano señaló un segundo beneficio básico: el don del Espíritu Santo y su poder regenerador. Marcos 1:8: Yo a la verdad os he bautizado en agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Hechos 1:5: Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo, dentro de no muchos días.
Hechos 2:38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Hechos 10:47-48: Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
Al igual que la circuncisión (Romanos 4:11), el bautismo era precedido por la fe (por lo menos en el caso de los adultos) Hechos 8:12-13: Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe, y viendo las señales y milagros que se hacían, estaba atónito. En los versículos 15y16 dice: los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, porque aún no había venido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
Hechos 8:31-38: El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiera y se sentara con él. El pasaje de la Escritura que leía era éste: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila. Así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; más su generación ¿Quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. Respondiendo el eunuco dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿De quién dice el profeta esto; de sí mismo o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: aquí hay agua; ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó para el carro; y descendiendo ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
Hechos 18:8: Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los Corintios, oyendo creían y eran bautizados. Jesucristo hizo el bautismo obligatorio para todos sus discípulos: Mateo 28:19: Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Pablo utilizó los requisitos y beneficios del bautismo para combatir varios problemas de las nuevas iglesias: En Gálatas, combatió el legalismo afirmando que el bautismo era señal de la justificación por la fe: Gálatas 3:24-29: De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
En Romanos, al condenar el libertinaje, insistió en que una recta comprensión del bautismo, excluía el abuso de la abundante gracia de Dios y exigía la más dura lucha contra los deseos pecaminosos. Romanos 6:1-14: ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos  en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en el? ¿O no sabíais que los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos  sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que, como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos ya no muere; la muerte ya no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que le obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia (Marcos 1:12-13).
En Romanos 6 se destaca que mediante el bautismo se identifica el creyente con Cristo, tanto en su muerte como en su resurrección. A las divisiones carnales de los Corintios, el apóstol opone el bautismo, como señal de la unidad cristiana; 1ª a los Corintios 1: 13-17: ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuiste bautizado en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuiste bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a ningún otro. Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. En Efesios 4:5 dice: Un Señor, una fe, un bautismo.
Cuando los colosenses fueron atraídos por un tipo de gnosticismo que les prometía salvación por un conocimiento secreto, Pablo les recordó el bautismo que les había unido a Cristo, fuente de plenitud de la sabiduría de Dios (Colosenses: 2:12: Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuiste resucitado con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos).
También se refirió al bautismo en su consejo matrimonial: Efesios 5:26: para santificarla, habiéndola purificado con el lavamiento del agua por la palabra; y para promover el celo en hacer buenas obras: Tito 3:5: Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéremos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración, y por la renovación en el Espíritu Santo.
Pedro hace mención del bautismo con respecto al problema de las conciencias intranquilas a causa de la persecución: 1ª de Pedro 3:21: El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo (Este bautismo es que da Cristo en espíritu Santo y fuego).
El autor de Hebreos lo hace para estimular a la oración: Hebreos 10:22: Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
PROBLEMAS QUE SE HAN PRESENTADO:
La mayoría de los estudiantes de la Biblia, están de acuerdo en que el bautismo común en la iglesia primitiva, era por sumersión, aunque reconocen que la palabra empleada en el mandamiento, tiene a veces un sentido más amplio y general (Lucas 11:38: el fariseo, cuando lo vio, se extrañó que no se hubiese lavado antes de comer). El problema práctico más agudo relacionado con este tema es el del bautismo de los párvulos (niños) hijos de creyentes.
Algunos enseñan que se debe esperar hasta que los hijos hagan su propia confesión de fe, porque no consta en el NT, que se hayan bautizado los niños.
Otros opinan que la unidad del pacto y la analogía de la circuncisión, justifican el bautismo de los niños hijos de creyentes, como expresión de la fe de los padres, sujeta desde luego, a la posterior confirmación de los hijos mismos.
Relacionado con lo anterior, está el problema del significado preciso del bautismo: ¿Es el bautismo un acto humano de confesión puramente simbólico? ¿Es un acto divino sacramental, por el cual Dios comunica su gracia y presencia corporal por medio de la fe como en el caso de un sermón? ¿Puede ser un instrumento por el cual Dios crea la fe y salva al individuo? Los textos Bíblicos citados en esta discusión, se han interpretado de diferentes maneras: Marcos 1:8; Juan 3:5; Hechos 2:38; Hechos 10:47; 1ª a los Corintios 1:17; Efesios 5:26; Tito 3:5-6 y 1ª de Pedro 3:21.
Antes de mirar estas citas Bíblicas, se hace necesario saber ¿Qué es la interpretación? La interpretación es la declaración del sentido de una cosa, generalmente de un misterio, un sueño o un idioma.
La capacidad interpretativa es considerada en la Biblia como un don. Génesis 40:8: Ellos dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora. En 1ª a los Corintios 12:10: A otro, discernimiento de espíritus; a otros, diversos géneros de lenguas; y a otros, interpretación de lenguas (excepto se refiere a actividades comunes tales como la traducción de idiomas; Génesis 42:23: Pero ellos  no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
2ª de Pedro 1:20: Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada (sin tergiversaciones ni interpretaciones particulares).
La ciencia moderna de la interpretación Bíblica o Hermenéutica, que es la aplicación de ciertas reglas de interpretación, pero ¿Se debe reemplazar la acción reveladora del Espíritu Santo-Cristo-Jesucristo, por la ciencia de la hermenéutica? En ninguna manera; puesto que tenemos la norma para la interpretación en la forma que el Señor Jesucristo aplicó los escritos del AT. Una importantísima e irremplazable obra del Espíritu Santo-Cristo-Jesucristo, es la de iluminar la mente de los creyentes: 1ª a los Corintios 2:14:16: Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios (Cristo-Jesucristo), porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas (el que se basa en la palabra); pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿Quién conoció la mente del Señor? Más nosotros tenemos la mente de Cristo (no de Dios).
Jesucristo nos abre las Escrituras a través del Consolador (El Espíritu Santo-El Verbo-La Palabra-El Logos-Cristo), como se las abrió a los discípulos en el camino de Emaús (Lucas 24-25 y siguientes).
De esta manera, bajo esta guía del Espíritu Santo, entramos a estudiar y a entender las citas bíblicas sobre el bautismo, las cuales se han interpretado de distintas formas.
Marcos 1:8: Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Juan 1:26-27: Juan les respondió diciendo: Yo os bautizo con agua; más en medio de vosotros está uno que vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
Mateo 3:11: Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Lucas 3:16: Respondió Juan diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
En síntesis, los cuatro evangelios hablan en estos pasajes del bautismo de Juan en agua para arrepentimiento; en todos cuatro reconoce Juan que después de él vendrá otro más poderoso que él, que bautizará en Espíritu Santo (según Marcos); Mateo y Lucas añaden además el fuego.
Nunca olvidemos que Juan el Bautista (porque bautizaba), vivió en la época en que culminaba la ley como dice la Escritura: La ley y los profetas fueron hasta Juan; y que Juan sabía que su ministerio era clamar en el desierto y preparar el camino del Señor (Jesucristo), según está escrito en el libro de Isaías. Llamaba al pueblo y le exigía como requisito el arrepentimiento, para obtener el beneficio del perdón de los pecados hasta ese momento, pero que este arrepentimiento y bautismo con agua, no quitaba el pecado del mundo. Hasta allí podía prometer Juan al que se arrepintiera y se hiciera bautizar en agua (arrepentimiento seguido del bautismo); porque él sabía que detrás de él venía el que tiene la potestad de perdonar el  pecado que separó al hombre de Dios, incluidos todos los demás pecados que este acarrea; y que este bautismo era en el Espíritu Santo como sello de salvación eterna. Esto lo declara Juan el Bautista en Juan 1:29-31: El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mi viene un varón, el cual es antes de mí, porque era primero que yo. Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
Está clarísimo el ministerio de Juan el Bautista; si Jesús se sometió al bautismo con agua de Juan el Bautista, fue en cumplimiento de la ley porque la ley y los profetas llegaron hasta Juan, y Jesús, quien iniciaba el período de la gracia tenía que cumplir toda la ley; también es claro que tenía que hacerlo para identificarse con los pecadores a quienes vino a redimir, y para empezar su ministerio de sacerdote y rey.
Jesucristo vino a quitar el pecado: 1ª de Pedro 4:1: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros armaos también del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado.
Jesucristo no solo se hizo bautizar sino que mandó a sus discípulos a hacerlo; quienes de ahí en adelante lo hicieron en el nombre de Jesús (bautismo en agua por inmersión), el cual, tenía que ir precedido por el creer en Jesucristo por fe, para ser cubierto de la gracia de Dios, el cual le daba al creyente el don del Espíritu Santo. El bautismo en agua en el nombre de Jesús identifica al creyente con Jesucristo y su ministerio y con la comunidad cristiana, para servir a Jesucristo como reyes y sacerdotes.
En la siguiente cita: Juan 3:5: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Debemos examinar y estudiar el contexto y las demás citas del texto. Nicodemo en versículo 2 afirma que Jesús había venido de Dios como maestro, por las señales que hacía; en el 3 dice: Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. La respuesta de Jesús va encaminada a hacer notar a Nicodemo, que para ver el reino de Dios, se necesitaba un nuevo nacimiento. Al necesitarse un nuevo nacimiento, era porque ya se había nacido, y que en ese nacimiento en la carne, no se podía ver el reino de Dios; el hombre natural (nacido en la carne), no podía ver jamás el reino de Dios. Esto encaja con lo dicho por Pablo en 1ª a los Corintios 2:14: Pero el hombre natural no percibe (no puede ver, no nota) las cosas que son del espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Eso lo vemos en el versículo a de la cita que examinamos y estudiamos: Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede  un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Para Nicodemo, hombre natural nacido según la carne, era imposible un nuevo nacimiento, y menos en un hombre viejo; por eso Jesús le responde: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar el reino de Dios; Jesús le afirma categóricamente que hay que ser nacido de agua pero también luego nacer del Espíritu, no sólo para ver el reino, sino para entrar en el reino. Nadie de manera natural o por sí mismo, puede darse cuenta que solo hay que creer en Jesucristo para ser salvo y entrar en el reino de los cielos; esto concuerda con la Escritura en Juan 6:44 que dice: Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
El nacer aquí de agua, no es por medio del bautismo en agua, ni se refiere a eso, sino al nacimiento natural de venir una persona al mundo. La tierra proviene del agua y por el agua subsiste; nosotros procedemos del polvo de la tierra y por lo consiguiente del agua. En 2ª de Pedro 3:5 se nos enseña: Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste.
Recordemos que el tema central de la cita estudiada es el nuevo nacimiento, que no se da como el nacimiento natural en la carne, el cual ya Nicodemo había experimentado; este nuevo nacimiento tratado aquí debe ser un nacimiento espiritual, para poder ver y entrar en el reino de los cielos. El bautismo en o con agua es la consecuencia de ese nuevo nacimiento, y no el nacimiento espiritual mismo. Por eso Jesús en el versículo 6 dice: Lo que es nacido de la carne (agua), carne es (agua es); y lo que es nacido del Espíritu (en mayúscula para que sepamos que se refiere al Espíritu Santo de Dios- Cristo-Jesucristo-su Hijo primogénito), espíritu es (nunca en el mundo como seres espirituales seremos iguales al Espíritu, pero seremos semejantes a él en la resurrección). En Juan 3:7 le dice: No te maravilles que te dije: os es necesario nacer de nuevo; es decir: este nacimiento no es meterte en el vientre de tu madre y nacer, sino un nacimiento espiritual. Queda claro que el bautismo en o con agua no es el nuevo nacimiento espiritual, sino una consecuencia del nuevo nacimiento o de haber creído a Jesucristo, para testificar ante el mundo que el creyente trabajará como rey o sacerdote en el reino de los cielos; por eso nos bautizamos como Jesucristo lo hizo y nos identificamos de esta forma con él en su muerte y resurrección, al ser sumergidos en el agua y vueltos a salir o levantar. Si por el hecho del bautismo con o en agua se diera el nuevo nacimiento espiritual, haríamos vana la muerte de Jesucristo y su resurrección, y todos los que han practicado este bautismo de esta forma, han nacido de nuevo sin necesidad de recibir al Salvador del mundo.
Pasamos a Hechos 2:38: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
El problema que se ha formado es de interpretación; en la gran comisión Jesús mandó: Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
No voy a mencionar a quienes defienden una posición ni la otra o demás; me sujetaré solo a lo que la Biblia enseña. Para ello preguntaré ¿Quién dice la Biblia que es Cristo? Colosenses 1:15 dice: él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación (es la imagen del Dios invisible o sea igual a Dios en todo); el primogénito de toda creación o sea lo primero que salió de Dios (estaba en Dios, era con Dios y era Dios (Juan 1:1). Esto significa que se refiere al Verbo y es el Verbo, el logos, la Palabra, el Hijo, el Mesías, el Enviado. Era Dios en Dios, pero al salir de Dios por haber sido Enviado por Dios el Padre, es su Hijo. Eso explica su preexistencia: Juan 8:58: Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Jesús o Cristo en la carne nunca habló por su propia cuenta, ni Cristo Espíritu (antes de encarnarse en Jesucristo y así ser Jesucristo) tampoco lo hizo ni lo hará, porque siempre hace la voluntad del Padre que le envió Juan 12:50) Y, ¿Qué le dio el Padre a Jesús? Lucas 3:22: Y descendió el Espíritu Santo (Cristo) sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Dios le dio a Jesús en el bautismo el Espíritu Santo ¿Quién es el Espíritu Santo? Jesús declaró en Juan 6:63 que las palabras que él hablaba eran espíritu y eran vida; luego, como él no habló por su propia cuenta, las palabras que habló eran espíritu, entonces tenemos que la palabra es el logos, el Verbo, Cristo, el Espíritu Santo de Dios, el cual salió de Dios. Cristo es Espíritu y primogénito de toda creación; se unió a Jesús o más bien ungió a Jesús quien era el cuerpo que Dios le preparó, para que en la carne, hiciera expiación por los pecados del mundo, ya que en Espíritu jamás podía hacerlo; y así, de esta manera, Jesucristo empezó su ministerio (después de haberse humillado y despojado). Cristo, El Espíritu Santo, el Verbo, el mensaje, la Palabra de Dios, no puede ser rechazada sin que sufra condenación eterna aquel que lo haga; por eso la Biblia dice en Mateo 12:31: Por tano os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu Santo, no le será perdonada. Jesús es el Hijo del Hombre; a él le hicieron todo lo que quisieron y pidió perdón para sus enemigos; la blasfemia que no se perdona, es el rechazo y desconocimiento de que Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo mismo al mundo (2ª a los Corintios 5:19), y que Cristo estaba como unción en Jesús desde el Jordán (Jesucristo). En Efesios 1:21 dice: Sobre todo principado y autoridad, y poder, y señorío; sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero. Filipenses 2:9-11: Por lo cual Dios lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Cristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Este es el nombre dado por Dios: Jesús-Jesucristo; sin este conocimiento no podemos entender lo dicho por Jesús en la Gran Comisión, y creemos de esa forma, que el bautismo con agua o en agua se debe hacer en tres nombres: en el del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Si Dios es Espíritu, luego Dios es el Espíritu Santo, el cual él envió y es el Verbo o Hijo o Cristo. El Padre es Espíritu, y el Espíritu es Cristo; el Hijo es Espíritu y es Cristo; el Espíritu Santo es Espíritu y es Cristo; Jesús lo sabía; por eso mandó a bautizar en el nombre del Padre, que es el mismo nombre del Hijo y el mismo nombre del Espíritu Santo; recordemos que Jesús fue llamado el Cristo=Jesucristo, no habiendo una trinidad en el Dios único. Esto mismo sucede en lo dicho por Jesús en Juan 14:6: Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Dijo ser el camino, y la verdad y la vida ¿Son tres cosas diferentes que hacen a Jesucristo un Salvador trino? En ninguna manera, el camino es la verdad y también la vida. Pedro lo entendió muy bien; sabía que el nombre de Jesucristo es el nombre dado por Dios en el que podemos ser salvos; por eso en Hechos 2:38 después de haber recibido el don del Espíritu Santo y en menos de tres meses de haber escuchado de boca de Jesús el mandato de la Gran Comisión, pudo decir: Arrepentíos (primer requisito-recibir a Jesús), y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Si Pedro ignoró (según la trinidad) lo dicho por Jesús ¿Por qué en su primer discurso, después de que junto con Juan, Dios había curado a un cojo por medio de ellos, pudo decir: Hechos 3:16: Y por la fe en su nombre, a este que ustedes veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros? Por eso Pedro y la iglesia primitiva bautizaban en el nombre de Jesucristo.
Pasemos a Hechos 10:47: Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Ante la posición de que había que creer en Jesucristo, y ser bautizado con agua era como se podía recibir el Espíritu Santo como don, encontramos que la Biblia no se contradice, pues es por la fe en Jesucristo como somos bautizados en Espíritu Santo y fuego, y que, luego llegamos al bautismo con agua, y que podemos recibir antes o después el don del Espíritu Santo. Cornelio y su gente habían creído en Jesucristo, entonces el Espíritu Santo se le derrama como don, y Pedro asegura que nada puede impedir el bautismo con agua o en agua. En síntesis: Jesucristo al creer en él nos bautiza en Espíritu Santo y fuego (este el sello o arras del Espíritu); el bautismo en o con agua no nos salva pero nos identifica con Jesucristo en su muerte y resurrección, su sacerdocio y reinado; el don del Espíritu Santo se da al creer en Jesucristo estando bautizado con agua, o no. Hay quienes afirman que el bautismo en o con agua si salva, tomando como referencia a 1ª de Pedro 3:21 que dice: el bautismo que corresponde a esto  ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo. Preguntamos: ¿A que corresponde este bautismo? Al bautismo de Cristo en Espíritu Santo y fuego, ya que como se lee en el pasaje, Cristo fue y predicó a los espíritus cautivos que desobedecieron en el tiempo de Noé; a este bautismo también se refiere 1ª a los Corintios 12:13: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu; también 1ª a los Corintios 10:2: Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar (Antiguo Testamento). Otros citan a Marcos 16:16: El que creyere y fuere bautizado será salvo; más el que no creyere, será condenado. Cuando Jesucristo predicó muchos creyeron en él, pero ¿Le recibieron? Los demonios creen y tiemblan pero no reciben al Espíritu de Dios; al creer en Jesucristo hay que recibirlo como Salvador, siendo así, bautizados en su Espíritu; luego sigue el bautismo en o con agua.
Pasmos a Hechos 10:47: Entonces respondió Pedro: Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?  Esto no es otra cosa que la confirmación de lo dicho anteriormente: creer y recibir; recibir el don y bautizarse en o con agua; dejando esto sin ninguna fundamentación Bíblica a las conocidas clases bautismales para ser bautizados en o con agua (mandamiento de hombre).
Igual sucede en Hechos 8: 36-38: Y yendo por el camino, hallaron cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe le dijo: si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendiendo ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
Pablo no recibió clases (Hechos 9:18), ni tampoco Lidia la vendedora de púrpura (Hechos 16: 14-15); menos aún el carcelero de Filipos con toda su familia (Hechos 16:33).
Tratemos ahora con 1ª a los Corintios 1:17: Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Pablo sabía que el bautismo en agua no salvaba, sino la palabra predicada, oída y recibida; su ministerio específico fue: llevar el evangelio a los gentiles ¿Estaba Pablo contra el bautismo en o con agua? En ninguna manera; él sabía que Jesucristo tanto se sometió al bautismo con agua, como dio mandamiento sobre él; Pablo bautizó a algunos.
Pasemos a Efesios 5:6: Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. Esto está armonizado con las demás Escrituras sobre el tema del bautismo con agua o en agua. ¿Quiénes llegan a formar la iglesia? Los hombres (varones y hembras); a esos amó Cristo! ¿De qué fue formado el hombre? Del polvo de la tierra. ¿De donde proviene la tierra? Del agua; a esa agua (carne) había que lavarla para santificarla del pecado de condenación y demás pecados. ¿Con qué se lavaría y santificaría? Con la palabra (el Verbo, el logos, Cristo). Ya Dios en los tiempos de Noé había hecho un juicio con agua, porque la carne es el agua (2ª de Pedro 3:6): por lo cual el mundo de ese entonces pereció anegado en agua.
Estudiemos a Tito 3:5-6: Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéremos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación del Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Señor. ¿Hay necesidad de regenerar el agua como tal? ¿Pecó el agua? No! Pecó el hombre, la carne. La Escritura sigue armonizada, ya que aquí es igual a lo tratado en la cita anterior para la gloria de Dios.
Juan bautizó en agua; ese bautismo no salva; en hechos 18:25 se nos dice que Apolo solo conocía el bautismo de Juan, pero Priscila y Aquila le expusieron más exactamente el camino de Dios (no dice que le volvieron a bautizar); después pasó de Efeso a Acaya. Luego Pablo va a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: Hechos 19:2-7: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos le dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres (el don vino por imposición de manos). La Escritura no puede ser quebrantada; esto está en armonía con lo afirmado anteriormente; Juan en su bautismo no sellaba con el Espíritu Santo para salvación, ni el bautizado por el podía recibir el don del Espíritu Santo. En cambio, al creer en Cristo Jesús en arrepentimiento sincero por nuestros pecados, somos sellados con el Espíritu Santo para salvación, y luego después recibir el don del Espíritu Santo. El bautismo en agua en el nombre de Jesús, se puede dar después de creer en Cristo y ser sellado, o después de recibir el don del Espíritu Santo; el bautismo en agua es en el nombre de Jesucristo y no en el de una supuesta trinidad.
Hasta ahora conocemos el bautismo de Juan con agua, el bautismo de Jesucristo en Espíritu Santo y fuego (sello de salvación), y el bautismo en el nombre de Jesucristo en agua, el cual nos identifica con él en su bautismo con agua, su muerte y resurrección (sacerdocio y rey); el que se menciona en 1ª a los Corintios 15:29, es el bautismo de Jesucristo en Espíritu Santo y fuego (sello de salvación), porque hay resurrección.
Jesús en Lucas 12:50 hace mención de otro bautismo: De un bautismo tengo que ser bautizado; y, cómo me angustio hasta que se cumpla; se refería al bautismo de la muerte (conocimiento y gustación de ella). En Romanos 6:3 dice Pablo: ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?.
Retomando  la tradición del bautismo en la trinidad, miremos lo dicho en Hechos 2:41: Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas ¿No tendría Pedro el sello y el don del Espíritu Santo que acababa de recibir con ciento diecinueve discípulos más, para que el Espíritu Santo convenciera a tres mil personas  de recibir la salvación, para que inmediatamente pasara Pedro al error de bautizarles en el nombre de Jesucristo y no en el de la trinidad? La promesa hecha por Jesucristo a los apóstoles era que el Consolador, el Espíritu de verdad, los guiaría a toda la verdad ¿Cómo pues, los guió a la mentira de bautizar en el nombre de Jesucristo? Pablo testificó que Jesús era el Cristo (Hechos 18:15); Cristo es la luz, el primogénito de Dios en quien Dios hizo todas las cosas, el Verbo, la Palabra, el Espíritu Santo, y Dios en imagen; por eso Jesucristo mandó a bautizar en el nombre del Padre (Cristo), del Hijo (Cristo), y del Espíritu Santo (Cristo). Pedro jamás desobedeció; aplicó lo enseñado por su Maestro; el sabía que Dios había hecho todo en su Hijo, en Cristo, Jesucristo (No olvidemos que Emanuel significa Dios con nosotros y que Jesús significa Salvador, pues ese nombre no le fue dado al ser bautizado en agua, sino que lo trajo dado y enviado por el Padre en la anunciación del ángel a María: y le pondrás por nombre Jesús). Cristo espíritu fue y predicó a los espíritus encarcelados, los ángeles que desobedecieron cuando esperaban la paciencia de Dios en los días de Noé, y en todo el Antiguo Testamento (1ª de Pedro 3:20).
Ahora  pues, no podemos desconocer los contextos en que se desarrollan los hechos, ya que si bautismo tiene el significado de llevar al conocimiento de, podemos colegir:
1ª) La humanidad  en su historia desconoció la soberanía de Dios sobre ella, es decir, ni entendían ni conocían a Dios.
2ª) Para darse a conocer, Dios escoge a Israel como la nación que tendría esa misión.
3ª)  A Israel Dios se le reveló como el Dios Único.
4ª) Dios le habló a Israel de muchas formas y maneras por los profetas, que hablaron por inspiración del Espíritu Santo; por lo tanto, Israel conocía la manifestación de Dios y del Espíritu Santo (Cristo en el Espíritu), pero no lo conoció según la carne, porque lo rechazó.
5ª) Cristo en la carne o Jesucristo, funda la iglesia sobre la roca que es él, y surge esta conociendo al Padre, al Espíritu Santo y ahora al Hijo encarnado: Jesucristo; el cual después de resucitar volvió a tomar su forma prístina: Espíritu Vivificante.
6ª) Jesucristo antes de instituir la Gran Comisión declara que toda potestad le ha sido dada; él sabe que su Padre hizo todas las cosas en él, por él y para él; y sabe que él es el nombre dado por Dios a los hombres. Por eso en la gran Comisión el mandato es ir y predicar el evangelio a todas las naciones (Que no conocían al Padre, al Hijo ni al Espíritu Santo), bautizándoles, es decir, llevándoles al conocimiento del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, o sea, que ellas no ignoraran esto. Jesucristo jamás se equivocaría enviando a la iglesia que le hablaran a las naciones que no conocían a Dios, ni al Espíritu Santo, ni al Hijo, solamente del Hijo, porque sería llevarles al desconocimiento del Padre que nos había dado el Hijo para salvarnos.
7ª) A Israel que conocían al Padre y al Espíritu Santo que les hablaba por los profetas, se les llamaba al arrepentimiento para que aceptasen al que habían rechazado, a Jesucristo el Hijo de Dios, porque este es el Mesías prometido que ellos esperaban en ese tiempo y que aún esperan.
8ª) La iglesia con esta misión sabía lo que dice el libro de Hebreos, que Dios había hablado a los padres por los profetas, y que ahora les hablaba por el Hijo a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo. Por eso Pedro llamó a los judíos al arrepentimiento en el nombre de Jesucristo quien es el Hijo prometido para la salvación, y les mandó que se bautizaran en su nombre (para que conocieran al que desconocían con su rechazo, creyendo en él), quedando establecido claramente, que el bautismo que se hiciera en agua o con agua, se haría en el nombre de Jesucristo, para identificación con él en su muerte y resurrección; porque en su nombre es como podemos ser salvos.
Así que, no hay ninguna discrepancia entre lo dicho por Jesucristo y la práctica de la iglesia primitiva de bautizar en el nombre de Jesucristo, ya que Jesucristo tiene toda potestad otorgada por el Padre, quien lo declaró Primogénito de toda la Creación, para que en todo tenga preeminencia, como se cumplió al resucitar de entre los muertos.
No hay ningún soporte Bíblico que nos pueda hacer dudar que el bautismo para salvación es en el nombre de Jesucristo, y el bautismo en agua o con agua para servicio a Dios Padre, es también en el nombre de Jesucristo, y el bautismo de la muerte del que cree, es en el nombre de Jesucristo, lo cual garantiza la resurrección para vida eterna.
 
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