Una vez más
Publicado en Apr 25, 2019
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Nota: favor de empezar a escuchar esta canción en cuanto aparezcan las letras negras en el texto. https://www.youtube.com/watch?v=_sbAtt4w6ZU
El muchacho dormía sobre su cama moviéndose de un lado a otro luchando por abrir los ojos y librarse del mal sueño que estaba teniendo. De librarse de aquella sonrisa, de esa risa, de esa voz… de aquel momento.
-          “Una vez más, por favor” – escuchó dentro de su sueño.
Despertó abruptamente y se sentó en el borde de la cama. Su respiración al igual que su ritmo cardiaco era rápida, sus manos y piernas temblaban, y sus ojos lagrimeaban. Se abrazó a si mismo buscando calmarse y cuando lo consiguió, se levantó de la cama y caminó entre la oscuridad de la habitación hacia la puerta, giro la manija y salio del cuarto.
Atravesó el pasillo para llegar a la habitación que estaba frente a la suya, giro la manija y abrió la puerta. Se quedó parado en el resquicio de la puerta viendo como la luz de la luna entraba por la ventana para reflejarse sobre el piano de cola que a su vez se reflejaba en el espejo que estaba en una de las paredes iluminando la cama que estaba frente al piano.
-          “Una vez más, por favor” – escuchó de nuevo.
Entró en la habitación y caminó hasta el piano, se sentó en el taburete y levantó la tapa de las teclas. Se quedó mirando las teclas un momento, luego alzó las manos lentamente hasta que sus dedos tocaron las teclas y empezó a tocar, sin embargo las teclas del piano solo produjeron un sonido hueco.
-          Dejó de sonar desde que te fuiste – pensó para sí.
Siguió tocando produciendo el mismo sonido hueco que hacía eco por toda la habitación y volteó hacia el espejo.
-          ¿Qué estoy haciendo? – pensó mientras se veía a sí mismo en el espejo.  
Sonrió y siguió tocando, hasta que de un momento a otro, las teclas del piano emitieron el sonido de una nota. Sorprendido levantó la cabeza y miro hacia el espejo.
Se quedó mirando el espejo atónito pues ahora no solo lo reflejaba a él, ahora había alguien más en esa imagen, una silueta familiar que lo miraba fijamente.
-          Solo una vez más, por favor – dijo aquella silueta.
El muchacho asintió con la cabeza y empezó a tocar.
-          “Kreisler love´s sorrow” tu favorita – dijo el muchacho sonriéndole a la silueta.
A medida que tocaba, las notas de la canción le recordaban aquellos momentos. Cuando la conoció, la primera vez que vio aquella luz, la primera vez que sintió aquella calidez en ese abrazo, esa sonrisa sincera que siempre esbozaba ella cada vez que le veía, esas tardes que pasaban juntos sin parar de hablar y sin llegar a nada, su risa, su voz que le parecía la más hermosa de las sinfonías, la felicidad que sintió la primera vez que ella recostó su cabeza en su hombro, esas veces en las que él tocaba para ella, la primera vez que tomó su mano, esos paseos que daban por el lago, esas veces en las que se quedaban recostados sobre el césped, esa vez en la que la lluvia les tomó por sorpresa en la calle, ese vestido negro que le quedaba tan bien, aquellas discusiones que siempre terminaban en un abrazo, esos momentos en los que ella se ponía celosa, su rostro enrojecido esas veces que escuchaban música juntos, … ese primer beso.
Siguió recordando cada vez más momentos que pasó junto a ella, a la vez que aumentaba la intensidad con la que tocaba las teclas del piano, resonando cada vez con más fuerza por toda la habitación, era como una montaña rusa de emociones que subía y bajaba sin parar que cambiaba cada vez más rápido de forma intensa.
De pronto recordó aquel momento.
-          “Para que te recuperes, debes descansar” – dijo el muchacho mientras la arropaba – “tienes que dormir”.
Ella agarró su mano.
-          “Tengo miedo” – dijo ella – “¿puedes tocar algo para que me relaje?”
-          “Claro ¿cuál quieres que toque?” – preguntó.
-          “Mi favorita” – respondió.
-          “¿Otra vez?” – dijo él mientras se sentaba en al taburete del piano – “los nocturnos de Chopin son más relajantes”.
-          “Solo una vez más, por favor” – insistió – “es que me gusta mucho como la tocas”.
-          “Está bien” – dijo él accediendo.
Ella cerró sus ojos y él empezó a tocar. Cuando acabó se levantó del taburete caminó hasta ella, le dio un beso en la frente y se sentó a un lado de la cama viendo como dormía, velando por su sueño. Ella ya no despertó.
El muchacho volteó hacia el espejo y vio que ella tenía su cabeza recargada en su hombro mientras sonreía, él también sonrió y derramó una lágrima, pues sabía que el momento de decir adiós se acercaba.
Las notas eran cada vez más suaves, hasta que todo quedo en un completo silencio. El muchacho volteó a verla, y vio como se desvanecía.
-          Gracias – dijo ella viéndolo a los ojos, para luego desvanecerse por completo.
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Yosef Rodríguez
Textos Publicados: 19
Miembro desde: Jul 22, 2016
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Descripción

Palabras Clave: noche piano melancolía cosas tristes

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Yosef Rodríguez

Derechos de Autor: Yosef Rodríguez


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