Dudo de mi cordura y no me atrevo a contarlo por miedo a ser incomprendida. Pero me gustaría encontrar, siquiera, una digna respuesta.
Me encuentro frente a la pantalla mientras escucho emotivas melodías y contemplo una vieja fotografía que aún conservo… no sé por qué.
¿Está bien que después de tanto se me llenen los ojos de lágrimas? ¿Será rabia o tristeza? Tal vez las dos cosas.
Porque aunque intente llorar no salen las lágrimas.
Porque aunque intente reír no sale ningún sonido.
Porque me senté a escribir, me arrepentí y al final llene dos hojas del cuaderno.
Porque no quiero nada de esto que me rodea.
Porque busco dar ese paso que parece más un salto.
Porque decidí que es hora de analizar mi vida.
Porque decidí que es tiempo de decidir entre dos cosas simples.
Porque me di cuenta que no es tan simple elegir entre luchar o rendirse.
Porque no soy yo.
Porque el egoísmo no es el traje que quiero usar.
Porque el traje que quiero es difícil de conseguir.
Porque el esfuerzo me puede llevar a cosas grandes y sí, porque eso me lo dicen todo el tiempo.
Porque ya me harte de que sigan diciendo que hacer, no hacer o que dejar de hacer. Porque en medio de la desesperación me puse a ver al cielo y me di cuenta que ya casi es de noche y el sol tiene que desaparecer.
Porque parece que todos esos cuentos que me contaron que el sol y la luna son aquellos amantes apasionados que se ven de vez en cuando es verdad.
Porque dicen que la paciencia es clave.
Porque en realidad mi corazón cree que el sol está luchando por quedarse un rato más en el cielo.
Porque el por qué́ de las cosas me llevan a más porqués de los porqués acerca del por qué se encuentra el por qué en el por qué́ de la vida.
Porque yo digo y vos decís cosas diferentes de todo.
Porque nunca voy a entender por qué elegiste una cosa y no la otra. Por qué me dijiste… o por qué no me dijiste que ya te habías ido.
Y sobre todo, porque el sentido del porque nadie te lo va a decir más que vos.
Porque te quise.
Porque ese es el porque más importante de los porqués que te acabo de decir.
Porque no importa que tan mal te sientas… busca el rayo de sol escapando entre las nubes. Porque yo quería ser ese rayo a tu rescate.
Porque pensé que serias ese rayo que yo necesitaba.
Porque no hay suficientes porqués para describir lo que pienso ahora.
Porque el por qué́ de por qué́ te quise es el más difícil de los porqués.
Hay palabras que duelen… pero hay silencios que duelen más todavía. Duelen tanto que se vuelven imágenes… que se trasforman en pesadillas.
Yo no quería dar una vuelta en elefante… no necesitaba tanto.