Donde mierda quedó la bombacha esta vez… la puta madre siempre lo mismo…
-¿Estas buscando esto?-
-Sisi! Nunca la encuentro rápido! Muchas gracias Mmmm…-
-Matías!-
-Si si me acuerdo. Muchas gracias Mati! Andá saliendo que las chicas te abren la puerta lindo…-
-Dale dale, la pasé divino como siempre! Nos vemos la semana que viene Fátima!-
 
No me llamo Fátima. Cuando será el puto día en que la gente deje de decirme Fátima!!!
 
-Fátima preparate que en cinco minutos llega el próximo. Lavate y ponete linda que este es  nuevo.-
 
Vieja de mierda. Que no me llamo Fátima. Por lo menos vos deberías aprenderte mi nombre ya que me pagas dos mangos por este trabajo asqueroso. Dios. Pasan los años y te juro que pensé que esto iba a ser más fácil. Pero no. Nunca se hace más fácil. Nunca. Nada. Si tan solo pudiera saber por qué hago esto. ¿Por qué no otra cosa? Si claro. Por ella. Ella no tiene la culpa. Él tiene la culpa. Él que se fue cuando todavía la tenía en mi panza. ¿Son todas las que están acá tan estúpidas como yo, o me tengo que sentir especial? No claro que no. No tengo nada de especial.
 
-Tres minutos Fátima.-
 
Que no me llamo Fátima la puta madre!!!! Que ganas de salir a gritar al balcón mi nombre! Que ganas de tatuármelo en la frente para que nunca nadie más en esta vida me diga Fátima!! Es más, en lugar de salir a gritar me debería tirar. ¿Qué cambiaria si me tiro? Pobre Mati la semana que viene no va a poder venir. Si claro, le paga a otra y listo. ¿Lo ves? ¿Ves que no sos especial? Bueno basta. No es por vos. Es por ella. No tiene que pagar por tus errores de niña ciega, y se merece al menos no acabar en esta habitación oscura, sucia, maloliente como vos.
 
-Ya está subiendo Fátima.-
 
Pero la puta madre… Listo. Toma coraje. Cortala. Por lo menos  a este imbécil le va a quedar claro quién soy yo. Ya me cansé.
 
-Hola linda… ¿todo bien? ¿Cómo te llamas?
-Yo Fátima bombón. ¿Y vos?-
 
Carajo… bueno. La próxima seguro que lo hago. Seguro que me animo. Pero ahora no. Acordate que no es por vos. Que es por ella…