Sinfona
Publicado en May 25, 2019
Una avecilla canta desde mi balcón y su plumaje baila con las caricias del viento. Se mece con la luz que brinda el amanecer, mientras mira con ternura los pétalos de los claveles. Desciende al estanque a gran velocidad y se sumerge en las sábanas de sus aguas. Se refresca al compás de las gotas de la fuente, bella imagen que alterna monotonía y vitalidad. Cuando las ranas comienzan con sus oraciones, la avecilla vuelve a la piedra de mi balcón. Yo admiro tras las cortinas el movimiento de sus alas, los rayos alcanzan la figura del colorín. Sus pupilas encuentran las mías y veo reflejadas las armoniosas ondas del agua. Susurro, o quizás canto, como la avecilla de las mañanas en busca de una fuente, de unas flores, de mi alma.
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Enrique Gonzlez Matas
Te felicito José por tus buenos versos.