El circo.
Publicado en Jun 01, 2019
25.11.15
Triste payaso de actos penosos, su maquillaje oculta la desdicha de una adicción y la despedida de un viejo amor, sus pasos caminan sin energías por la carpa del olvido, llueve y el viento enmaraña su pelo, recorre los aposentos de los demás artistas intentando buscar distracción a su angustiada mente, la carpa de colores grises a la luz de la luna no es más que un reflejo de los sentimientos que habitan en su corazón. Es hora de actuar, es hora de hacer reír, más esa noche su melancolía está en su cúspide máxima y solo atina a tomar un violín y hacerlo aullar en las melodías más tristes antes jamás tocadas, se suma a su acto un poema descarnado de su pecho que entre lágrimas proclama al viento y llega a los presentes como una cuchilla en sus vidas, sintiendo el lamento de este arlequín melancólico que en su casa rodante pasa noches infinitas amparado por un universo al que no se cansa de dar las gracias por un nuevo día. El espectáculo ha terminado, vuelve a su casa, al abrazo de su botella, pero esta noche se ve diferente, por la ventana se ve el reflejo de la luna atravesada por una nube negra, observa su miseria y sonríe, observa su dolor y respira en un intento vano por llenar su vacío pecho, enciende un cigarro al pensamiento, bebe un trago de añoranza, se desmaquilla con las lágrimas de emoción. Siente que tocan la puerta de su hogar, corre en ilusión, mas es solo el viento que golpea con fuerza la madera gastada y enmohecida, mira la soledad y el viento agitando las carpas, para entender: - Que la realidad es el reflejo de mi sentir. Vuelve a su casa, coloca el toca disco y entona toda la noche una Triste Canción de Amor.
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Magnolia Stella Correa Martinez
Jonathan Ibarra Luman