Hubo una vez,
En algún lejano lugar, un rey, que dio una fiesta,
las mas hermosas doncellas asistieron, así como nobles y caballeros,
entonces, un joven campesino, que llevaba cosas para la fiesta, 
vio pasar a la hija del rey, era la mas hermosa mujer que el había visto nunca, 
en ese momento, cayo flechado por ella,
"¿que haría un simple campesino al lado de la hija del rey?"
al día siguiente, el campesino se las arreglo para poder hablar con el rey,
le dijo lo que sentía por su hija y que ya no podía vivir sin ella,
el rey simplemente sonrió,
la princesa estaba en un pasillo con su dama de compañía,
ambas escucharon todo,
"si puedes esperar cien días, con sus respectivas noches en el patio del castillo,
mi hija se casara contigo."
 
Dicho esto el joven campesino camino al patio del castillo, 
donde se planto en el centro del mismo,
así fueron pasando las horas del primer día, 
el segundo transcurrió,....., luego diez,
viente, cada noche el rey o alguna dama de la princesa,
pasaba por el jardín para ver al joven,
y allí estaba el, sin moverse, aun cuando llovía,
o cuando hacían fuertes y raudos vientos.
 
Al pasar de los días, las aves comenzaban a posarse en su cabeza,
algunos insectos lo picoteaban, pero el no se movía,
animalillos jugueteaban entre su ropa, pero el seguía ahí, sin moverse.
 
Después de 70 noches, las personas que pasaban cerca,
lo veían seco y pálido, ya no brotaban lagrimas de sus ojos,
su mirada se comenzaba a ver perdida y vacía,
 
Los caballeros lo veían con asombro y admiración,
pues ninguno de ellos, nunca había visto
tal demostración de tenacidad y el tiempo seguía transcurriendo, cuando,
en la nonagésima novena noche, el rey y algunos caballeros,
se reunieron cerca de el, esperando que cumpla su meta.
cuando al faltar unos minutos para los cien días, cerro sus ojos,
soltó un gran suspiro y para asombro de todos,
se marcho.
 
Así pasaron un par de meses, hasta que un dia,
un niño encontró al campesino y le pregunto:
"¿por que te fuiste? -ya te faltaba poco"
a lo que le respondió con una leve pero muy sincera sonrisa:
"por que muestras estuve ahí parado, ella nunca se molesto en visitarme,
ni siquiera en preguntar por mi"
el niño sorprendido: "!pero pudiste casarte con ella¡"
sonriendo nuevamente: "si, pude haber sido su dueño, pero yo la amaba"
el niño confundido, tratando de entender las palabras de aquel campesino,
que simplemente sonreía.
 
El siguió su camino.