Solo un segundo
Publicado en Aug 20, 2019
una vez acostada mirando el vacío de mi cuarto, sintiendo nada más la fuerza de mis músculos soportando mi peso en la cama, sentí miedo de no salir. Sentí miedo de no salir de ese estanque profesional en el que me había metido. Me pregunté, ¿Cómo consigo eso material que tanto quiero? Esa carrera que tanto deseo, que me dé posibilidades. Donde únicamente existen mis sentimientos encontrados con otros pares que también me pertenecen. Me levanté y lo hice física y emocionalmente. Lo hice espiritualmente. Miré tantos videos de autoayuda que me lavaron el cerebro, lo suficiente para encontrar siempre una razón. Un algo ahí, una posibilidad. Me moví en mi terreno lo suficiente para ganarlo y seguir creciendo. Yo quería eso, lo quiero y lo voy a querer. Me di cuenta que salí, salí del estanque. Salí y tomé la primera mano que me ofreció un descanso de mi locura profesional. De mi mente estratégica y mi corazón frío y herido. Esa mano era fina y cálida, lo suficiente para hacerme sonreír y calentarme el corazón. Solo es una mano, junto a unos brazos firmes y unos labios que se miden por tiempo. Diría, 4 minutos, 12 minutos y 3,4 segundos. Lo único que necesitaba para caer otra vez a un vacío nuevo. Caí por una mano, un par de brazos y unos labios. Que adornaban algo hermoso como dos ojos marrones que, midiendo con el tiempo nuevamente, sostuve 2 segundos. Ni más, ni menos. ¿Por qué tan poco tiempo?¿Por qué tan poco tiempo de lo que tanto deseo? Tal vez en un sueño incontrolable hice un pacto con el diablo que consiste en ganar lo profesional, a cambio de únicamente obtener 16.5,4 minutos de algo que me aceleró el corazón y me hizo suspirar de una manera satisfactoria que solo veo en mis padres. Huele como algo superior, y lloré mucho. Porque caí por una mano, un par de brazos, unos labios, dos ojos marrones y tu olor a superioridad pasional tan lejana a mí. Entonces te fuiste. Y esos 16.5,4 minutos, pasan a ser 12.3,7 y después 8.6,2. Y así constantemente. Porque ya me olvido de tu voz, de tus palabras, de tu inocencia y de tu forma de ser. Entonces ya no sirve ningún video de autoayuda, porque esto es algo real. No es ninguna carrera insignificante. Porque me lavaron tanto el cerebro, que cuando mi tiempo llegue a 1, siempre va a existir 1 segundo en el que recuerde todo junto. Tu mano, tus brazos, tus labios, tus ojos marrones y tu olor. 1 segundo en el que todo se vuelve posible, gracias a todos los que en sus videos te hacen creer que siempre hay una salida. Ay, lo profesional se volvió tan nada... que en realidad lo que quise en un principio, no era el éxito profesional. Era el éxito en la vida, de amar por primera vez y para siempre a alguien, de sentir algo. Y dios, sé que siempre va a quedar un segundo en mi vida, en el que acostada, no voy a poder salir de nunca de vos.
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Elvia Gonzalez
Constanza Reyes
Textos como éste nos debe motivar para creer más en la sensibilidad de los que aquí se reúnen.
Un cariñoso saludo, Catalina.