Las Siete Vidas de Nepomuceno.
Publicado en Sep 03, 2019
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Nepomuceno (el gato le decíamos) nació y se alimentó de la leche de su madre durante un tiempo prudente, pero después de ese tiempo, su madre le siguió dando leche de vaca porque a los niños había que darles leche de vaca para mantenerlos sanos y saludables. Esto le creó a Nepito una dependencia de los lácteos, reforzada con los años porque las empresas lácteas comenzaron a producir otros productos lácteos que eran más bien productos sucedáneos de los lácteos y que forzaban a su consumo mediante estudiadas campañas publicitarias. Con el tiempo y los avances de las ciencias y las investigaciones, se descubrió que los lácteos creaban en el cuerpo humano un ambiente ideal para el desarrollo de tumores y células cancerígenas, por lo cual era recomendable eliminar su consumo. Tarde le avisaron a Nepomuceno, porque él ya había muerto de cáncer al colon.
No obstante haber muerto, Nepomuceno siguió viviendo su vida después de su muerte, en la casa de sus padres, que tenía techo de pizarreño, el cual estaba fabricado con asbesto y bebía agua potable de la red, la cual había sido hecha con tubos de rocalite que son tubos de asbesto cemento y, además, manejaba un automóvil que tenía balatas de asbesto. No mucho se tardaron los investigadores en descubrir que el asbesto era un agente muy cancerígeno; pero mucho se tardaron en darlo a conocer y otro mucho se tardaron las empresas en dejar de usar el asbesto en sus productos, para evitar daños a la salud humana. De nuevo nuestro querido Nepito se murió víctima de un cáncer al hígado porque cuando supo de estas investigaciones y recomendaciones ya era, de nuevo, demasiado tarde.
Esta segunda muerte no desalentó a nuestro personaje a seguir viviendo porque él era pura vitalidad y siguió viviendo después de remuerto ante el asombro de sus congéneres. Pero ocurre que desde chico él miraba y veía cómo sus mayores fumaban y fumaban y pensó que fumar era bueno; entonces se puso a fumar y fumó y fumó a pesar de que las investigaciones advertían acerca del peligro del tabaco y su asociación con el cáncer de pulmón, que fue justamente lo que le causó, de nuevo, la muerte porque hizo caso omiso a las advertencias y porque le hizo mucho más caso a las publicidades mencionadas que invitaban al consumo de un agradable cigarrillo.
Pero como dijimos que era muy vital y tozudo, siguió viviendo al punto de que ya era considerado un verdadero caso de la medicina. Desgraciadamente (para su salud) siguió con sus rutinas de siempre que contemplaban, entre otras actividades, el tomar muchos baños de sol desde chiquitito, con tan mala suerte (para su salud otra vez) que la capa de ozono del planeta casi desapareció, especialmente en donde él vivía, como resultado de los millones de toneladas de freones refrigerantes expulsados a la atmósfera por las actividades relacionadas con refrigeradores y cosas parecidas. Después de esos millones de toneladas, la industria se dio cuenta de la tremenda embarrada y cambió los refrigerantes, pero Nepo ya se había muerto…de nuevo…y de cáncer a la piel.
¿Me creerían que siguió viviendo?...con decirles que hasta el Pulento lo miraba con curiosidad. Pero, ¿de qué le vale a una persona el vivir si uno no se cuida? Ocurre que él era muy bueno para comer huevos fritos y como éstos se pegaban a la sartén de aluminio, compró sartenes recubiertos con teflón los cuales eran una maravilla para que los huevos no se pegaran a la sartén, pero eran un verdadero veneno porque el revolucionario politetrafluoroetileno causaba cáncer de próstata, que fue justamente lo que le causó su quinta muerte.
Demás está decir que siguió viviendo y demás está decir que siguió con su vida normal, pero ya a estas alturas, como se comprenderá, muy debilitado en su vitalidad tan aporreada. Resulta que los investigadores descubrieron que el cloro (que se usa en el agua potable de todas las empresas sanitarias) produce cáncer de vejiga. Tan solo de saber esto, Nepo (que toda su vida había tomado agua de la llave y que la prefería antes que el vino o la cerveza porque decía que no quería morirse de cirrosis), contrajo un cáncer fulminante de vejiga que lo mató en muy poco tiempo, por sexta vez.
No se amilanó y continuó viviendo porque decía que un maldito cáncer no le iba a quitar el placer de vivir hasta viejo y que primero muerto que morir de cáncer; pero… ¿me creerían ustedes que contrajo un cáncer de páncreas como producto del plomo de los desagues de su lavaplatos y de los tubos dentifricos usados en su niñez? Pero esta vez Nepomuceno reaccionó a tiempo y se puso en manos de la medicina tradicional y se sometió a los tratamientos que corresponden a este tipo de enfermedades. Pero ya estaba tan debilitado que no fue capaz de resistir la quimioterapia y murió a causa de los deterioros causados por esta terapia en su hígado, en sus riñones, en sus pulmones y en su corazón. Lo que pasa es que ya los tenía débiles como producto de sus anteriores afecciones.
Y como Nepomuceno tenía solamente siete vidas… lo están velando en la capilla de la esquina. Su hijo mayor me contaba que estaban estudiando la alternativa de presentar una demanda colectiva contra todas las empresas involucradas en las múltiples muertes de su padre, pero que el abogado amigo que los estaba apoyando murió de cáncer.
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Foto del autor donbaldomero.
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Descripción

Una visión aclaratoria acerca del cáncer.

Palabras Clave: Cáncer locuras cigarrillo teflón plomo lácteos cloro ozono.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Humor



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