LAS AVENTURAS DE ARROCITO: BALITO
Publicado en Sep 21, 2019
BALITO Balito es el hermanito mayor de arrocito, tiene siete años, es un niño alto y delgadito, tiene unos ojazos negros acompañados de un par de pestañas largas y volteadas cual vuelo de golondrina, es reservado y muy inocente. Sin embargo, su lengua pierde freno cuando habla sobre agujeros negros, robots y naves espaciales, suele contar a todos los señores y señoras que cuando sea grande va a ser un astronauta; su vecino Jecho siempre suele decirle: -Balito, haber si haces un huequito en tu nave espacial para poder conocer el espacio, contigo- Balito mueve la cabeza con gesto indeciso al compás que le responde: -Bueno, pues; pero te portas bien- El anciano entonces estalla en risa y continúa con su trajín. De pronto, Yaíta, su mamá, le dice: Balito, Ya es tarde huambrillito; vaya a la escuela, sino el profesor Titín te hará recoger papeles y después el izango no te dejará dormir-Balito, entonces toma su mochila azul, lo coloca en su espalda y raudo se dirige a su escuela; sin embargo al pasar por la casa de Doña Naranjo, escucha la voz de Xenilo: -¡Balito, espérame, cho!- Mientras sigue echado en la hamaca remendada con costalillo de yuca. -¡Pero date prisa, pues ñaño, que el maestro Titín nos va a orejear! Le contesta el niño; quien no quita su mirada de la escuela. En ese momento escucha ding dong dang de la campana; y muy afligido le dice a su amigo: -Mejor me voy ya Cho, tú vas a demorar- -No, Ya voy a cambiarme, cho - le contesta Xenilo, quien aun no se ha movido de su lugar. Así habría de transcurrir veinte minutos, en ese momento doña Yaíta al escuchar la voz de su hijo, espía por la ventana y nota a Balito parado en el patio de la vecina Naranjo. -Balito ¿Por qué no te has ido aun a la escuela? – ahora sí llegarás tarde- Xenilo al oír la voz enojada de doña Yaíta, le grita a Balito: - Me acordé que no voy a ir, porque estoy enfermo, vete ya- Balito, sorprendido le contesta: Y todo este tiempo me has hecho perder. Xenilo, a diario solía tomar del pelo al pobre niño, ejercía una autoridad en el grupo de huambrillos, siempre envidiaba los juguetes que Balito y su hermanito arrocito tenían. Y esta vez como otras veces se había burlado del inocente niño. Balito se apresuró en llegar a la escuelita, justo acababa de terminar la formación, cuando el profesor Titín lo vio y en tono amenazante le dijo: ¿Por qué llegas tardes?, si vives a una cuadra de la escuela? Iba a sentenciarlo, cuando la maestra Doró intervino: su mamá me dijo que está enfermito, pero aún así no quiere perder clases, maestro- - ¿Es eso verdad, Balito? - -Pues sí maestro- respondió nervioso el niño. ¡Que sea la última vez, por favor! - Diciendo esto el anciano maestro se apartó llevando consigo su enjuto cuerpo añejo. Una vez en el salón la maestra Doró comenzó la clase sobre los medios de transportes y preguntaba a los niños en qué movilidad se transportaban con frecuencia, los niños en coro respondían: - En bote y en motocar maestra- entonces Balito intervenía para hablar sobre la velocidad de las naves espaciales y sus compañeros de inmediato le hacían callar. -Ya cállate muelón- (que no lo era en absoluto) le decían en tono burlesco dos de los niños de su salón, cuyas muelas descaradamente intentaban escapar de sus bocas. Uno de ellos no contento con insultarlo, se acercó a quitarle su cuaderno, mientras lo mostraba a los demás gritando: ¡Mira su letra bien fea y grandota! - decía y todo el salón reía- Balito no decía nada. Solo quería llorar, su mamá Yaíta le había dicho que no se debe pelear con los amigos y él se preguntaba ¿En verdad son mis amigos? La maestra Doró intervino inmediatamente y resondró fuertemente a los niños. - ¡A ver qué les pasa! ¿Qué tienen contra Balito? – Balito es un niño muy inteligente (Sí lo es) y su letra es bonita (Escribe con letra molde) no quiero saber ni escuchar hablar mal de él, de lo contrario, le avisaré a su mamá para que ella les azote con Ishanga por molestar a su hijo. (intentaba asustar a los chicos) La maestra Doró se acercó a Balito, le dijo cosas bonitas y continuó con la clase. Al retornar a casa, le esperaba un suculento almuerzo, Doña Yaíta había preparado asado de pollo y puré. La familia almorzó y, mientras hacían la tarea, su mamá le preguntó cómo le había ido; Balito le contestó que los niños se burlaron de él. Doña Yaíta le dijo: No te preocupes hijito, tu eres muy especial, a veces la envidia y la frustración hace que algunas personas actúen así. El niño sonrió, abrazó a su madre y se fue a jugar con el travieso Arrocito que impaciente esperaba a jugar con los carritos.
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