Nos está comiendo vivos, ¿qué duda cabe?... sin que nos demos cuenta cabal de lo que nos ocurrirá, nosotros seguimos con nuestras rutinas y dejamos que el tema atraviese foros televisivos, reuniones entre diferentes autoridades y expertos, noticias de los medios, pero no hacemos nada, salvo ir a desfiles de protesta que se difunden sin entregarle ningún valor agregado a la solución del problema.
 
Hace algunos años, en este portal y en otros de la web, yo decía que para solucionar el problema de falta de agua en nuestro norte que se estaba muriendo de sed, se me ocurría el tema de la carretera hídrica desde el sur del país, tema que hoy ya está en boca de autoridades; el problema es que se está pensando en traer agua hacia el norte (incluida la zona central) desde la cuenca del río Bío Bío, que está a pocos años más de agotarse, tal como está ocurriendo con nuestros ríos Copiapó, Mapocho, Aconcagua, Maipo, etc. Yo creo que si se trae agua desde el sur, debería traerse desde los ríos Puelo o Baker más al sur; éstos tienen algo más de vida dadas las actuales circunstancias por las que atraviesa el clima.
Pero repensando el problema y su posible solución, llego a la conclusión de que la mejor solución es la de desalinizar el agua del mar y subirla a los valles. Poca distancia y recurso ilimitado. Los ríos mencionados del sur, tarde o temprano reducirán su caudal y quedaremos en las mismas condiciones actuales.
Traer agua del mar hacia los valles y ciudades es una tarea fácil, obviamente que es menos costoso que traerla desde el sur; el problema con esta modalidad surge al querer eliminarle la sal y minerales contenidos en ella, porque desalinizar conlleva costos energéticos que encarecen el proceso. Sin embargo, la energía, tanto para mover el agua como para purificarla, la tenemos pero no somos capaces de crear la institucionalidad para llevar estos proyectos a cabo. El sol nos baña verano e invierno en el norte y nos ofrece su energía, a lo cual nosotros respondemos con tímidos proyectos que benefician a privados y que encuentran dificultades por el tema del transporte; no hay suficientes líneas para transportar energía eléctrica y cuando éstas se emprenden, los “ambientalistas” tratan de frenarlas. Lo mismo ocurre en el sur en donde, si bien es cierto que no hay buena radiación para aprovechar el sol, sí hay extraordinarias posibilidades con el viento en las zonas costeras para generadores eólicos.
O sea, agua tenemos pero hay que desalinizarla y moverla; para ello hay que generar más electricidad solar y eólica y hay que construir plantas desalinizadoras. Estoy hablando de dos mega proyectos que nos solucionarían este drama de manera definitiva.
¿Quién debería emprenderlos entonces? Históricamente, en nuestro país, los proyectos trascendentes (agua, comunicaciones, electricidad, riego, energía) han sido costeados por el bolsillo de todos nosotros, los contribuyentes y, al cabo de un tiempo, su usufructo ha pasado a ser controlado por privados bien posicionados y bien relacionados. Yo no recuerdo alguna mega inversión que haya sido costeada por quienes finalmente reciben el beneficio de la concesión… tal vez me equivoque, pero si me equivoco, estoy seguro de que será de manera excepcional, en un caso tal vez, pero en el resto…
Mientras tanto, quienes deberían proponer soluciones trascendentes a este problema trascendente (que no es el único que nos aqueja), me refiero a gobierno, congresales, autoridades y empresariado, se lo pasan preocupados de pelear entre sí, de acusar a este Ministro cobrando revanchas políticas, de desprestigiar a esta otra persona, de votar temas insulsos, mientras la muerte por sequía ya llegó a gran parte del agro. Y como guinda de esta podrida torta, poco a poco nos vamos dando cuenta de que los escasos recursos acuíferos que existen, son usados de manera clandestina por empresarios ocultos entre la maraña de mentiras y voladores de luces que nos bañan día a día en las noticias.
Si los marcianos existieran, queridos amigos, nos mirarían y no me cabe duda de que estarían pensando que somos todos tontos, ¡tienen el agua al lado y se están muriendo de sed!… y no lo somos. Nuestro problema es que el intelecto para crear soluciones adecuadas a los cambios que ya llegaron no nos alcanza… nos alcanza solamente para crear pillerías y subterfugios en beneficio individual y para crear evasivas en el momento en que somos sorprendidos.