Traviesa y ágil, que con una sonrisa te pone a mil,
así fuiste de pequeña, toda mujer un día niña infantil,
saltarina como saltamontes, indestructible como rinoceronte,
preguntona como sabia, viva y pura como la savia.
 
Un día pequeña mágica e inocente,
un día después mujer madre silente,
siempre a nuestro lado nos tuviste enamorado,
de niña al infinito con el berrinche recordado.
 
Apareces en la imaginación y recuerdo de tus amigos,
tu voz chillona que siempre nos tendrá como testigos,
al verte la alegría aparece de repente,
porque tu cariño es lo que queda y se siente.