El
Publicado en Oct 15, 2019
Los días grises me colman de preguntas... me dan frío, tristeza, dolor, miedo. Ayer y hoy, son dos de esos días.
Me inquieta saber, ¿qué sucede cuando tenés una determinada edad - considerada MUY apta - para tener un empleo y las responsabilidades que eso conlleva, pero no conseguis salir del círculo vicioso de mamá, papá y vos? En la noche de ayer, reflexioné junto a mis padres acerca de este tema. Sucede que, muy a mi pesar, en algunos conceptos coincidimos. Ellos sontenían que un hombre de más de 25 años tiene que tener trabajo - en lo posible fijo - y no permanecer en su departamento limpiando, cocinando, "haciendo cosas de mujeres" aseguraron. Mi postura es flexible en cuanto a este tema, quizás por mi edad, quizás porque el sistema, la cultura, o como quieran llamarle, ya no es la misma que la de mis padres y mucho menos que la mía. Con el tiempo se ha modificado, según mi punto de vista < para bien > pero sé que el común de las personas aún no se acostumbran a que la mujer trabaje y el hombre se dedique al aseo del hogar. Bajo ningún punto de vista el hombre puede estar pensando qué cocinar, cuánto gastó en el super o qué se olvidó traer para hacer un tuco... Bajo ningún punto de vista la mujer puede ir de aquí para allí para tener un sueldo fijo, prefererían que esa chica esté en una oficina trabajando, con abrigo y calefacción para el frío, con aire acondicionado para el calor, o incluso en su casa dando vueltas los muebles o poniendo la mesa para almorzar. Para mí, podemos "intercambiar" roles con el género opuesto si así nos sentimos bien de hacerlo. La diferencia está cuando esa persona tiene algo oculto que no le permite ser libre completamente, no le permite salir, comunicarse y ese dolor se disfraza de sonrisa. No digo que sea super fácil afrontar el mundo, la situación económica, la cabeza de cada uno. Consta de ver más allá de la ventana, el vidrio, las rejas, para entender al otro... No es tan sencillo salir a flote cuando no hay una persona, al menos una, que te guíe por un tiempo hasta reacomodar tus ideas, tus deseos, tus proyectos. A veces pedimos cosas de más a las personas que nos rodean y damos tan poco por ellas... Entonces me pregunto, ¿está mal crecer con la sobreprotección de mamá o papá? ¿puede afectarnos en nuestras decisiones a futuro? ¿somos capaces de buscar y determinar el rumbo de nuestro propio camino cuando llevamos ese respaldo encima? ¿qué sucedería si ellos nos soltaran la mano? ¿cómo seguiríamos? ¿a quiénes nos aferraríamos? A mi alrededor, un mate, la pava y los libros. En mi cabeza, un millón de preguntas sin respuestas rondando en este momento.
Página 1 / 1
|
Maria Jose L de Guevara
Puedo, sin embargo, defender a un segmento de hombres que se suman sabiamente a la causa, reconociendo y actuando en favor de ella. Mi esposo, por ejemplo, ha demostrado ser capaz de realizar todo aquello que para muchos ha sido labor de mujer: Cocina, lava, plancha, hace aseo, mudó al bebé (cuando lo fue), permite que salga sola (de vez en cuando) y en la playa me ha hecho bromas cuando me ha sorprendido admirando el buen físico corporal de un varón (que los hay y muchos). Y todo lo realiza con encanto, sin quejarse y muchas más veces de lo que cualquiera puede imaginar ( Podrían ser más de las que hago yo, porque en honor a la verdad, él tiene más vitalidad que yo).
Gracias, septiembre, por haberme dado la oportunidad de participar en tu maravillosa reflexión (la que has expuesto con una digna postura) y posibilitar la ocasión para homenajear a mi amado esposo (Además).
Septiembre 13