Es horriblemente penoso comprobar cómo se llega ha hacer distancia con la perspectiva de cada cual y no tener la sabia capacidad de construir en comunidad con los postulados de cada bando.
En todas las naciones del mundo existen gobiernos y entidades autorizadas que representan a la masa restante; la principal de todas estas es el parlamento y es allí donde principalmente se alberga el consecuencial segmento de la oposición a ese gobierno. A mi juicio, este fenómeno es absolutamente natural, democrático y justo, simplemente por que ello nos muestra que siempre existen los pensamientos individuales y distintos.
Lo lamentable de estas legítimas representaciones en el marco de las intenciones para legislar, las ideas propias de cada cual se trasforman en baluartes radicales y defendibles hasta la extremidad. Para mi eso tiene un nombre muy exacto y se llama fanatismo.
No obstante existe un problema mucho más desgraciado a consecuencia de ello: Que la parte que no tiene voz queda a merced de los tirones de cada extremo y se asocia con notoria liviandad hacia el costado que más le calza en ese momento. Es increíblemente comparable a la adhesión por un equipo de fútbol. La única diferencia que se manifiesta en esta adhesión es que los hinchas de los equipos de futbol es prácticamente para toda la vida y la adhesión por las ideas políticas se sustentan por las circunstancias del momento.
Eso es en cuanto al perfil de los distintos participantes de un sistema político de un estado. Sin embargo, aparte de sus características lo que más debe llamar la atención y preocuparnos, es el radicalismo en el que se desemboca y, en consecuencia, la incapacidad de abordar consensos.
Yo, en lo particular, tengo una posición en el contexto político y no me avergüenzo por poseerlo, pero tampoco me cierro al extremo de considerar que quién piensa diferente es mi enemigo y me aboco siempre a discutir en buenos términos mis ideas con las del resto. Esto me hace sostener que comparto tus definiciones respecto del comunismo, el socialismo y corrientes que son en definitiva sus hermanas, claramente porque que todas esas ideologías que han estado en los distintos lugares del mundo, han sembrado gravedad, retardo, antagonismo y, muchas veces, destrucción.
No obstante, insisto, me alcanza la aceptación para suponer que lo que hacen no es por mera maldad y solo lo contextualizo considerándolo un error. De la misma manera considero inadmisible que quienes sostienen que los responsables de los gobiernos de turno tienen por misión destruir a sus naciones. Ni siquiera de los gobernantes fácticos he llegado a pensarlo. Creo, sí, que unos lo hacen mejor que otros, pero cada quién cree poder hacerlo mejor y existen métodos e instancias para demandar, protestar y denunciar la equivocación sin necesidad de incendiar la casa, la mayoría de las veces para construir una peor.
Un abrazo desde mi triste Chile, que en estos momentos plasma su horizonte a través de una espesa columna de humo.
María José.

Quise enmendar dos errores gramaticales que se me deslizaron en este comentario , desgraciadamente no pude y te pido humildemente me perdones. ( Debí haber escrito " a hacer distancia" y no "ha hacer..." El otro es haber puesto en una frase el "por que" separado, y debió haber sido "porque", puesto que la regla indica que la palabra " que" al ir precedida de "por" y anuncia una interrogante, se debe separar y acentuar.
Soy amante del buen lenguaje y mis errores me incomodan sobremanera.