Carencias de Afectos o Sensibilidades Publicitarias?
Publicado en Nov 23, 2019
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En ese país que se caía al mar desde la cordillera, todo marchaba bien… los más pobres trabajaban como chinos por poca plata para los más ricos, para pagarles a los mismos más ricos las cuotas del préstamo, los más ricos vivían felices en sus ostentosas mansiones de lujo a costa de la misma plata que les quitaban a los más pobres, hasta que a alguien se le ocurrió alterarles su ya alterada vida de pobres (o su tranquila vida de ricos) y comenzaron a hablar de los derechos de perros y gatos.
Hasta ese momento los perros y los gatos vivían felices, comían, se reproducían, peleaban entre sí como el perro y el gato, algunos comían cuando podían, otros como los gatos de campo, robaban para comer (esta costumbre fue muy bien aprendida por inescrupulosos de todo el espectro humano, pero muchos lo hacían por ambición más que por necesidad), la mayoría de los gatos se alimentaba de ratones que, según sus propios argumentos, eran muy ricos y nutritivos; en buenas cuentas, su vida (la de perros y gatos) transcurría sin mayores sobresaltos salvo una que otra patada pegada por algún humano que se desquitaba con ellos de sus frustraciones… pero nada del otro mundo, todo normal y aceptable.
Hasta que se produjo un curioso movimiento social que pasaremos a tratar de explicar. Dos fenómenos sociales contribuyeron al nacimiento de este movimiento:
El primero fue la penetración de la economía social de mercado al ámbito de las mascotas, penetración que comenzó con consejos por parte de veterinarios coludidos y avisos publicitarios que señalaban que estos animalitos se alimentaban mal; decían de manera implícita, que la naturaleza se había equivocado y que lo que habían comido durante miles y miles de años era inadecuado y que necesitaban alimentos más balanceados en nutrientes. Los perros y los gatos se miraban entre sí y, obviamente, se quedaban callados en parte muy importante porque ellos no pueden hablar ni manifestar opiniones racionales; “a río revuelto, ganancia de perros y gatos”, pensaban por lo bajo y hacían palco, calladitos ellos, mirando las irracionalidades de sus racionales amos. Algunos de éstos les compraban camitas, chalequitos, huesitos de plástico, en fin, todo lo que a un buen y ocurrente empresario se le pueda venir a la cabeza para encajárselo a incautos mediante muy bien estudiadas campañas publicitarias.
El segundo fenómeno contribuyente fue la soledad cada vez mayor en que se veían envueltas las personas como producto de lo efímero de los afectos en familias, matrimonios, organizaciones, etc., ya que los climas de convivencia entre las personas se veían cada vez más dañados y esto producía una natural disociación entre las personas; muchas viejas faltas de afecto conyugal o filial, recurrían a un gato o a un perro, lo cual era pura ganancia porque como dije anteriormente, ellos no hablaban ni reclamaban, entonces no había posibilidad de discusiones… ¡una maravilla!... sobre todo para una vieja peleadora.
El colmo del asunto llegó cuando se formaron asociaciones de enmascotados o defensores de los animales (aclaremos que los animales defendidos eran solamente las mascotas domésticas, porque de vacas, pollos y chanchos nadie se acordaba, tal vez por olvido, o bien porque se verían obligados a convertirse en vegetarianos), el caso es que hasta a marchas de protesta se convocó y nadie entendía muy bien a quién se le iba a protestar ni menos aun qué se iba a pedir (esa parte no fue bien estudiada)… y los perros y gatos miraban y permanecían mudos, algunos muertos de la risa.
El gobierno, siempre atento a las necesidades de la gente, se comprometió a enviar un proyecto de ley al congreso apenas estuviera terminado un estudio que elaboraría una comisión ad hoc formada por enmascotados, empresarios, sociólogos, políticos, perros y gatos (estos dos últimos asistían solamente de oyentes, por razones obvias). Y el proyecto fructificó y pasó al parlamento (que para legislar sobre puras leseras era mandado a hacer) y se perdieron tiempos preciosos que se deberían haber destinado a evitar la depredación de nuestros mares y subsuelos, o a evitar la sobre explotación de personas por empresarios inescrupulosos, o a evitar que los bancos se apropiaran cada vez más de la escasa platita de las gentes, o…
No sé en qué habrá terminado todo este barullo; solo sé que el gobierno coreano envió una nota de protesta formal pero confidencial al gobierno de ese país que se caía al mar desde la cordillera ya que, según detallaba la nota, estas revolucionarias ideas se podían propagar hasta ellos lo cual les iba a significar un seguro problema de falta de alimentos que no podrían enfrentar.
 
Otro día les voy a conversar sobre algún otro fenómeno social.
 
Sumamente chao.
 
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Foto del autor donbaldomero.
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Descripción

El fenmeno de la tenencia de mascotas al desnudo.

Palabras Clave: Mascotas perros gatos pets protestas afectos soledad.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Humor



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