EL NUEVO
Publicado en Dec 05, 2019
Descubrí en mí, la necesidad de estar cerca de su persona, cada vez que la veía, su rostro distraído, mirada perdida, picaban como aguijón en mi corazón. Ella por el contrario no quería dialogo con nadie, se ubicaba en mitad del salón pero allegada a la pared, anteponiendo una muralla a su alrededor y con rostro de enojo si alguien se acercaba con otras intenciones.
Faltaba con frecuencia a las reuniones, pero curiosamente siempre estaba interiorizada con los temas tratados y eso me intrigaba cada vez más, quien era en realidad esta dama vestida con clase pero con una mezcla formal e informal dándole una apariencia distinguida y moderna, no pasaba los cuarenta años, rostro dulce y muy afable con quienes mantenía cierta amistad, lleva muy bien plantados sus años, sin arrugas visibles, piel tersa, hermosa mujer en pocas palabras. Deseaba llegar a ella y no sabía cómo, hasta que observe con quienes dialogaba de esta manera intentaría amistad con sus interlocutores y llegar a la meta original nunca se me había complicado la cosa como esta vez. Transcurrían los días y ella no aparecía echando por tierra mis deseos de conocerla, lamentablemente al ser nuevo no quedaba bien preguntar por su persona, además desconocía su nombre y al ser todos ejecutivos, mantenían un circulo muy cerrado, no permitían preguntas fuera de lo laboral. Sin embargo sus ojos, su faz y cabellera me seguían en cuanto cerraba mis parpados, su persona me buscaba como llamándome y contra eso no podía hacer nada, pero distraía mis pensamientos preguntándome porque y con qué fin me acontecía este misterio, Día cerrado de lluvia intensa, muchos se retiraron temprano de sus oficinas para llegar presto a sus hogares evitando los tacos que se forman en las carreteras debido a este caos climático, yo por cosas del destino mi coche se averió y el mecánico solo me lo entregaría a las 20 horas, así que avise a gerencia esta eventualidad y me quedaría revisando trabajos, tan ensimismado me encontraba que no asimile de inmediato su presencia paso a mi lado susurrándome un hola, aclarando, mi nombre es Laura estoy arriba, ve por las escaleras, por favor ven. Fue tan impactante el momento que solo atine a salir corriendo hasta el salón de reuniones, no podía creer y entender esta situación, fue cuando observe las escaleras, siempre ingrese por los ascensores , desconocía estos recovecos del edificio, por inercia me fui acercando a los escalones , desconociendo el momento que comencé a subirlos y de pronto inicie carrera había un descanso y dos habitaciones de servicio decía el cartel y continuaban donde había otro descanso y otras habitaciones, una decía privado, otra cocina y lavandería, raro me pareció se supone que nadie pernocta en este edificio, por lo manotee la puerta de cada cuarto, en el de lavandería escondido en un rincón estaba parte de la ropa de la joven mujer, esos atuendos vestía la última vez que la vi. A estas alturas la intriga y los nervios hacían trizas mis emociones, donde estaba Laura si se llamaba así. Salí de esos cuartos después de recorrerlos todos, las escaleras seguían hasta el techo, llegando hasta un ventiluz, las encare y el ventiluz estaba trabado atado con alambre llevándome tiempo abrirla y cuando lo hice, logre salir al exterior , era el edificio lejos el más alto, daba vértigo, di un vistazo rápido y habían varias cuchas de madera construidas, insólito, todo tendría que ser de material , inicie el recorrido una por una, tanta basura acumuladas en algunas muy extraño todo, finalmente en la parte de atrás de lo que sería una puerta de salida de emergencias, había como una habitación de material , estaba cerrada la puerta, mire por la ventana muy chiquita muy sucia, y alcance a ver como tres cuerpos atados. No se distinguía si eran mujeres, varones, a estas alturas colapse, mi cabeza estallaba al igual que mi corazón, necesitaba aire, respirar y tranquilizarme, debía avisar a gerencia y si estaban implicados??’ La próxima víctima yo. Descanse un rato ordenándome y poniendo mente fría, congelando las emociones e inicie el recorrido por las tantas cuchas en busca de alguna herramienta que me permita abrir la puerta, descubrí varias muy camufladas, gracias a mi padre que me enseño algo de carpintería, logre sacar la puerta, mi Dios, un cementerio de huesos y entre ellos tres cuerpos en descomposición y en una mesa atada Laura, estaba viva, respiraba, la saque como pude, como bajarla, Llovia a cantaros, improvise una camilla con la puerta, debía correr a las 20 horas me traían el coche y llegaba la gente de vigilancia, desconocía si eran dos o tres o más, es un edificio muy grande con dos alas una de cada lado. El portero entregaba su turno a la vigilancia, hombre que solo deseaba jubilarse, no sabía y no veía nunca nada, bien entrenado. Logre que el mecánico me trajera 15 minutos antes el coche, no me pregunten como logre bajar a Laura, ni yo lo sé, si cuide limpiar rastros, huellas, la mantuve oculta cerca de mi vehículo y escapar antes que llegara la gente de vigilancia, no denuncie. Quedaron huesos, muestras que se arrastraron edifico abajo. Me presente normalmente a trabajar, el edificio estaba invadido de policía, en cuanto puse un pie en la puerta de entrada fui arrastrado a gerencia , estaban todos los cabecillas de la compañía, no los conocía a todos , fui sometido a un sinfín de preguntas y siempre respondí con ignorancia y desconocimientos edilicios, la joven no la ubicaba, nunca la vi, yo era EL nuevo, salve mi pellejo y el de Laura, en una corrida al baño, busque ver al ventiluz, nuevamente estaba atado su acceso.
Página 1 / 1
|
Lucy Reyes
despertó mi deseo de llegar al final, aunque por el camino se sufre el terror y se admira la valentía de El Nuevo.
Me parece muy bien que pruebes otros géneros, pues lo haces muy bien.
Te mando un abrazo.
Lucy
Elvia Gonzalez
MAVAL
Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
¿Quien no se ha sentido nunca así ?
Un abrazo
Elvia Gonzalez
Mara Vallejo D.-
Un giro muy bueno en vuestras letras, la historia compartida está bien descrita, terror hasta el final . . .
Grato leerte.
Abrazos
María
Elvia Gonzalez
Daniel Florentino Lpez
Verdadero terror.
Felicitaciones!
Un abrazo
Elvia Gonzalez
Enrique Gonzlez Matas
La verdad es que se mantiene el misterio hasta el final y creo que no se resuelve.
Enhorabuena.
Te envío mi abrazo.
Elvia Gonzalez