Silencio
Publicado en Dec 06, 2019
Levántate, ¡por favor! Concédeme una vez más tu peculiar mirar; ojitos verdes que orbitan las proximidades de un agujero negro y transmutan los colores de la cercanía en un amarillo de ensueño; sueños que pierdo en la oscuridad de una daga que reposa en tu pecho y me hace cuestionar el camino en que dios me tiene presa. Tal como lo veo, solo quiere alimentar mis miedos y convertir todo buen recuerdo en un infierno.
Siempre fuiste muy descuidado; mas no con el amor que me concedías en las tardecitas; como aquella vez que me invitaste a subir a la calesita o me abrazaste satisfecho después de tantas caricias. Despierta, ¡te lo ruego! No me abandones bajo esta humilde morada, pues tu eres la columna que me mantiene bienaventurada. Mas ahora que te estas desvaneciendo, descubro que no valgo ni una pizca de tu belleza y que daría mi vida por traerte devuelta. Dios querido, si no quieres que pierda el aprecio que te tengo: devuélveme al amor de mi vida, es mi único deseo. No le quites el rubor de sus mejillas, ni la luz de su sonrisa. Tu eres mi salvación y él, mi única razón para no decir adiós. Se que mis pedidos son cuanto menos egoístas y que no tendrías por qué concederme tal cortesía, pues lo único que puedo darte es mi amor y fe perpetua; pero, de todas formas, de rodillas ante el niño que amaba con todo mi corazón, te ruego que me permitas creer en vos. Silencio. Silencio rojo, abismal. Profundidad que agrieta mis labios negros de tanto rezar. El miedo a lo desconocida que dejas en mis sentidos, abandonados con el peso que a mi pesar respiro. Comprendo que tengo que dar el último paso; paso que abraza mi espanto. Cuando te encuentren muerto entre mis brazos, la única culpable de tal acto será la que tiene el puñal entre sus manos. Me niego a vivir encerrada por esta tragedia, prefiero concluir mi vida en un sin sentido que ser recordada tras las rejas. Mi esperanza se corrompe, me doy buena cuenta de ello. Mi única salida es unirme en tu viaje, tomados de la mano. No me sueltes, te lo ruego, pues triste sería caer en opuesto firmamento; pero si así ha de ser y el destino encamina nuestras almas a contrarios pensamientos, juntémoslos para formar un cielo inmenso que colme nuestros deseos. Solo busco una verdad que encaje con mi realidad, dejaría de lado cualquier camino con tal de rezar por el que para vos tenga más sentido. Frente a inesperado entierro, lágrimas bailan junto a la sangre que apresa mi cuerpo. Recuerdos de una vida repleta de miseria apura mis venas y finalizan su viaje en mi cuello que reposa en tu pecho. Nos vemos pronto, solo aguarda a mi llegar. Aprende a ser río o si prefieres sé árbol para nutrirte de la tierra; siente el viento, o sé el viento y recorre los montes. Puedes ser lo que más quieras, pues no hay nada más hermoso que escuchar al corazón en su propio idioma. Ese que conocemos desde antes de nacer gracias al amor tan humano que nos brindó esa alma que nos creó y acurruco en su vientre. Es una pena, poco a poco nos olvidamos de como escucharlo e intentamos verbalizarlo en un intento desesperado de encontrarnos con ese primer latido que nos llenó de amor. Pasó mucho tiempo hasta que entendí que la respuesta que buscaba estaba palpitando esperando ser escuchada. Ahora que se la respuesta, comprendo el largo camino que tengo por delante y lo voy a caminar a sabiendas que, si estoy con vos, nunca me voy a perder.
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