PELEAMOS EN LA CALLE
Publicado en Dec 13, 2019
PELEAMOS EN LA CALLE-
Aquel martes de abril, tu mirada al cielo algo me decía, te alistabas a salir. También yo me alisté, quería acompañarte, sin que me invitaras a salir, y tú, acelerado, abriste la puerta y la cerraste bruscamente, también, lo mismo hice yo, aceleré mis pasos, te igualé y sonreí; aceleraste más el paso, como queriendo ir sin mí. Por tal actitud entristecí, por orgullo me devolví, di la vuelta por la esquina, hasta completar la manzana. La sorpresa nos volvió a juntar, nos encontramos cara a cara, y allí fue, en aquella calle ochenta, cuando descubrí lo que siempre te prohibí: “si me amabas dejarías de fumar. por tu salud”. Trataste de esconder el cigarrillo, giraste tu brazo hacia tu espalda, sin que el humo dejara de asomar por lado y lado, sin palabras, me sentí desesperada. Lentamente, te acercaste a mí, dejando que el humo azul de tu cigarrillo, nublara en llanto mis negros ojos. Después de tal engaño, de nuevo volviste a prometer “no volver a fumar” ¡Cómo iba yo a creer! Quedaste triste, pensativo y al pasto tiraste tu cigarro (…) con dulce voz pediste perdón. Me devolví hacia mi casa, enojada; tú, también te devolviste, me seguiste paso a paso, queriendo lograr perdón, pero mi desilusión no lo permitía, aunque triste quedó mi corazón. En plena calle quemaste tu caja de cigarrillos: “esto lo hago por amor a ti” –me dijo-- Yo te dije: “Deja tu amor por mí, quiérete tú, que eres quien tiene que vivir tu vida y no te fumes más”. Quisiste seguir hablando, pero, por tu acostumbrado ataque de tos, no pudiste expresarte más. En seguida te pregunté, ¿Quién ama más?, ¿Yo, que te prohibí fumar por tu salud, o tú, que me engañaste y seguiste fumando? Se humedecieron tus ojos y yo te perdoné.
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kalutavon
Lucy Reyes
Me alegra mucho que te haya gustado el tema, ojalá te gusten otros más de mis textos.
Cordial saludo Kalutavon.
Enrique Gonzlez Matas
Esa disputa por el tabaco la conozco muy bien: es difícil vencer el vicio, aunque se puede superar si hay voluntad firme.
Te felicito por la expresividad de tu escrito.
Un abrazo.
Lucy Reyes
Muchas gracias Enrique por tu comentario, el cual me despertó, como el deseo de continuar más y más con el tema.
Un abrazo querido amigo,
Raquel
Lucy Reyes
Otros: Si muero fumando, muero feliz. Lo triste es para quienes amamos y deseamos la buena salud y bienestar de nuestros seres queridos.
Un abrazo.
Maria Jose L de Guevara
Tú contienes en tu esencia los miedos a la pérdida ( o el daño) por causa de los riesgos que provoca el fumar, sin embargo, una parte también comprende que tan complejo hábito es un matiz de complacencia que integra la naturaleza de él. Es lo que te hace terminar perdonándolo.
Él, por su lado, sabe que con su debilidad te causa pena y siente vergüenza.
Pasos constantes de la vida que nos perfilan una senda con bajos y altos, pero que van dejando rastros de pertenencia inevitable.
Mi Paulo también fuma y, al igual como lo describes en tu relato, he tenido álgidos desencuentros con él porque para mí eso de fumar es una tonta costumbre. Sin embargo, muchas de sus mejores obras han sido pinceladas entre los densos humos de sus cigarrillos...
Abrazo tu historia con nostalgia y oigo entre los espacios de sus letras un llamado para que me quede, porque vale la pena.
María José.
Lucy Reyes
Cuando leí tus textos me di cuenta de tus conocimientos, tu perfecta escritura, tus conceptos, razones por las cuales te he admirado y deseado tu presencia en este portal.
Qué grato es recibir tus comentarios, bien analizados. Te agradezco el comentario a mi relato, porque analizaste punto por punto, con excelente comprensión.
Un abrazo querida Maria José
Lucy
Elvia Gonzalez
Lucy Reyes
Muchas gracias Elvia, por tu buen comentario.