Evidentemente desde el día de nuestro nacimiento tenemos ese destino, pero lo que tú dices de algunos es una verdad no fácil de conocer. A mí la vida me ha obsequiado el privilegio de haber conocido a un personaje que no sabía tenía esas condiciones de las que hablamos tu y yo. Fue en algunas ocasiones mi profesor en la universidad; una dulce persona, muy inteligente y generoso. Pasaron muchos años y no le volví a ver más. Quiso el destino, ahora, no hace tanto tiempo, que llegara a mi alma esta chica de la que me he "enamorado", a la que he "adoptado" como a una hija y la que ha resultado ser la nieta de ese dulce profesor: Juan carlos Reyes. Ella me ha interiorizado mucho más sobre sus obras y su vida y me inspiró atrevidamente a construir este humilde poema.
He querido compartir esta intimidad contigo, Lucy, porque revisadas las participaciones de él en la página, he advertido que llegaron a ser muy amigos él y tú.
Un abrazo pleno de cariño, Lucy.
María José.

Gran sorpresa y alegría tu encuentro con Constanza, nieta de un personaje que mucho admiro. Cada vez que escribo me da tristeza no recibir los comentarios y estímulos que por mucho tiempo recibí de Juan Carlos, se siente mucho vacío. El era sincero, franco, cariñoso, inteligente. Me ha dolido mucho su fallecimiento. Cuantas veces puedo, releo sus bellos textos.
Muchas gracias Maria josé, por contarme tan bella e interesante historia.
Te felicito y mucho me alegra tu amistad con Constanza.
Te mando un cariñoso abrazo.
Lucy.

Esta fantasía mía se ha desprendido del relato de alguno de mis pocos longevos pacientes que me ha tocado atender, sobre todo de los que han acudido a mi más por fraternidad y curiosidad, porque ayuda en realidad no necesitaban... Estas personas nos dejan una maravillosa enseñanza.
Ciertamente no todos alcanzan esa opción...
Gracias, Elvia por leerme.
María José.

También debes conocer este sentimiento que nos embarga cuando nos sumimos en nuestra inspiración y brotan frases e ideas del espectáculo mundano... Pundonor, honra, complacencia, dicha...
Una vez acercado a ustedes, no es fácil alejarse.
Cariños
María José.

Ley de la vida, Enrique, que -supongo-, llegada esa instancia y haber respetado todas las leyes anteriores de la existencia, se cobra fácilmente la paz.
Tu presencia me da fuerzas.
Besos
María José.

Muy agradecida por haber pasado tú por mi exposición y aceptarla con tu gratitud.
Un cariñoso saludo
María José.