¿SI USTED CAMBIA, YO CAMBIO? por Germán Alexánder Molina Soler
Publicado en Jan 21, 2020
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REFLEXIONES PEDAGÓGICAS:
     
                                        ¿SI USTED CAMBIA, YO CAMBIO?          
 
                                                                    Germán Alexánder Molina Soler  

 
"Con las ensoñaciones de cosmos, el soñador conoce la ensoñación sin responsabilidad, la ensoñación que no exige pruebas. Por último, imaginar un cosmos es el destino más natural de la ensoñación".
                                                                                      GASTON BACHELARD.
 
A Carlos Arturo Cruz:
Un maestro con mucho carisma...

 He sabido que la Educación está cambiando, que estos cambios son fuertes además de lentos; pero que son necesarios para darle sentido real a nuestro oficio.  En lo más profundo de mi ser, yo he querido cambiar; siento que estoy agobiado de rutina; Sin embargo...
 He visto a mi Institución languidecer en su  infraestructura; transcurrir  sin trascendencia; pasar por el tiempo y el espacio sin tener definido ningún destino. Nos fuimos dejando arrastrar por la inoperancia, la  lentitud, en la espera inconforme por la ayuda gubernamental. Caímos, desaceleradamente, en la  teoría del  "dejar hacer".
 Recuerdo, con nostalgia, los colores vivos de las paredes que compaginaban con el espíritu alegre de mis compañeros y, más alegre aún, de mis estudiantes. Es irónico, en ese tiempo las paredes existían como parte viva del establecimiento; y aunque estaban ahí, fraccionando el espacio, nos incrustábamos en éllas, rompiendo sus reglas fronterizas. Nuestras clases se ampliaban tanto que la calle misma era nuestro salón.
 No sé si mi concepto sobre la Administración del colegio sea errado; pero, sí estoy seguro de que nuestro potencial humano, como educadores, y el de los estudiantes como centro del proceso educativo, no fue aprovechado; es más, pienso que ni siquiera fue ubicado o dimensionado. Nos sumergimos en una labor rutinaria que nos protegiera de los memorandos y los descuentos de salario. El pensamiento administrativo, vertical y radical, hacía ver en nuestras propuestas pedagógicas un inexistente rechazo al trabajo y la necesidad de ser dirigidos o controlados para no malgastar el tiempo escolar. 
 Nuestra responsabilidad, nuestros retos y desafíos, nuestra inventiva y creatividad fueron siendo relegados por órdenes programáticas sin sentido y sin la visión clara del compromiso institucional para  satisfacer las expectativas de estudiantes deseosos por progresar, o de padres de familia inquietos por el futuro de sus hijos.
 Las relaciones entre el establecimiento educativo y el entorno se demarcaron en un ámbito administrativo impulsado por el deseo de colmar los salones de individuos, no personas; y por crecer las arcas de la tesorería. Los procesos pedagógicos se hicieron a un lado y dieron paso a "hechos administrativos" fundamentados en la disciplina de los grupos; de tal manera que la calidad de nuestro trabajo empezó a medirse por el silencio y la actitud estática de los estudiantes.
 Aquellos debates abiertos, realizados con ahínco y mucho respeto en la sala de profesores, sobre el sentido básico de nuestra profesión, sobre cómo influenciar en la conducta de nuestros estudiantes, sobre cómo conducir el aprendizaje sin caer en la enseñanza y sobre cómo hacer significativa la experiencia en el aula, fueron decayendo, poco a poco, hasta convertirse en comentarios insulsos e intrascendentes, en los espacios del tinto y el "recreo".
Mis compañeros fueron cediendo sus ímpetus. Empecé a notar en ellos una actitud displicente hacia las actividades de la Institución.  Aquel afán por llegar al trabajo se convirtió en un desaforado anhelo por "huir" del establecimiento. Los toques de campana marcaban el paso desacelerado, intrascendente, e inconforme hacia ningún destino. No nos dimos cuenta en qué momento los padres de familia renunciaron la suerte de sus hijos; desertaron del proceso educativo y delegaron su empeño a  los medios de comunicación, a los amigos de sus hijos y a la misma calle. Confinaron sus ilusiones en el mundo del desengaño y del desencanto; agobiados, quizá, por los regaños, los bazares, las rifas, los bonos, las reuniones tediosas, las explicaciones sin sentido...
 Por mi parte, perdí el interés por ser educador. Me convertí en un autómata didáctico; e, inconscientemente, empecé a "calificar" a mis estudiantes; les prohibí las preguntas, les inculqué el conformismo, odié sus juegos, y hasta llegué a sorprenderme por mi actitud rígida para cumplir con los "programas" y los horarios impuestos por nuestra "administración".
 El clima de libertad, de respeto y de confianza que algún día ambientó nuestras clases, se tornó tenso, aburridor, amargado y lleno de rutina. Ya perdí la cuenta de las "máquinas humanas" que en los últimos tiempos ayudé  a "formar" para entregarlos a nuestra sociedad. Esos "autómatas sin futuro" deben estar deambulando por las calles en busca de ese sueño que un día los animó, desahogando su silencio, e intentando, quizás en vano, desposeerse de su actitud estática.
 Hoy, (acaso porque mi culpa me obliga), deseo firmemente, reencontrarme con el pasado. Devolver mis pasos y sentirme a gusto trabajando en equipo; participando en la toma de decisiones, haciendo parte de una organización eficiente y productiva, dinamizando un currículo construido de la síntesis cultural de nuestra región; seguro y optimista por hacer las cosas bien, por tener como amigos a mis compañeros de trabajo y a mis estudiantes, y por influir positivamente en su formación integral.
 Quiero volver al ejercicio físico y mental de mi otra época, a tener autocontrol y autodirección, a comprometerme con los objetivos de mi Institución, a asumir nuevos retos y nuevos desafíos, a dar rienda suelta a mi imaginación, mi creatividad y mi inventiva;  es decir, a disponer todo mi potencial en pro de la organización a la cual pertenezco. Anhelo cambiar; volver a ser libre. Confío confundir, otra vez, los colores vivos de las paredes con el espíritu alegre de mis compañeros y de mis estudiantes. Se me antoja un ensueño entrado en confianza con el universo pedagógico que nos donó la vida.
 He empezado a adquirir consciencia sobre la necesidad de "problematizar" los procesos pedagógicos, administrativos y de proyección que se cumplen en mi establecimiento. Volver al diálogo. Fundamentar nuestra acción educativa en la creatividad, el razonamiento y la realidad propia de nuestra comunidad. Redefinir nuestro papel docente con relación al aprendizaje y a las características de nuestra sociedad. He internalizado, con bastante fundamento,  los objetivos de mi Institución y los he convertido en mis propios objetivos. Mi voluntad, mi experiencia y mi entusiasmo los he comprometido para lograr motivar a mis compañeros, a mis estudiantes, a los padres de familia y a mis directivos en el propósito de satisfacer sus aspiraciones personales, y que éstas redunden en los intereses de la Institución.
 Ya  tomé la decisión. He identificado el verdadero problema y he definido que voy a encararlo. Las consecuencias de mi acción las he estudiado y sé que  su curso se encamina hacia la calidad de los procesos en los cuales estoy implicado. Son muchas las ventajas y pocas las desventajas. He dado a conocer mi propuesta al grupo y he logrado el consenso. Ahora, sólo se requiere construir un currículo enfocado a la formación integral de nuestros estudiantes, basado en la síntesis cultural de nuestra región y nuestro país, y determinado por actividades y procesos que  tengan como finalidad pedagógica la comprensión de situaciones sociales, la comprensión de los mismos actos humanos y la exploración de la naturaleza del entendimiento.
 Permitirnos  ser críticos, no simple calificadores. Convertirnos en investigadores de nuestro entorno, no reformadores del mismo. Partir de situaciones problemáticas y no de las soluciones existentes. A ser competentes en la construcción del conocimiento y no poseedores de alguna razón vacía. Es decir, asumir el conocimiento dotado de sentido; ese que requiere ser comprendido para ser dominado. Elaborar en equipo un plan de estudios sustentado en asignaturas y proyectos pedagógicos que revelen nuestros saberes de base; pero, al mismo tiempo, reflejen los objetos de estudio que son interesantes para nuestros estudiantes. Los programas que vamos a implementar apuntan al desarrollo de la personalidad, a la formación ética y moral, a la sana sexualidad, a la responsabilidad y autonomía, a la identidad cultural y la consciencia educativa de nuestros discentes.
 Los contenidos temáticos, las habilidades, las aptitudes y la motivación que se relacionan con cada área de conocimiento o de la formación estarán en función y al servicio de los logros institucionales previstos y de los logros nacionales exigidos.
 Mis compañeros me lo han dicho: “SI USTED CAMBIA, YO CAMBIO”: Por eso, por mí y por ellos, por nuestros estudiantes y sus padres, porque todos necesitamos situaciones sociales que nos devuelvan el mundo donde nuestra vida tiene esplendor y expansión, donde debemos vivir para ser nosotros mismos; por mi derecho a experimentar; por ese silencioso respeto que aún tengo por mí mismo.... YO VOY A CAMBIAR.
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Foto del autor GERMAN ALEXANDER MOLINA SOLER
Textos Publicados: 7
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1 Comentarios 581 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Reflexión Pedagógica sobre el comportamiento docente en las instituciones educativas, influenciado por la rutina y el conformismo...

Palabras Clave: pedagogía educación conformismo rutina discusión académica

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Análisis



Comentarios (1)add comment
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kalutavon

Un tema por demás interesante, plasmado en un discurso bien estructurado. Un recuento de los daños, una mea culpa, que deseo no esté a destiempo. En el entorno de la educación siempre hubo y habrá "continuadores y reformadores", ambos son necesarios dependiendo del punto de partida. Y mira que me parece que has dado en lo personal un importante primer paso, ¡Has decidido cambiar! Adelante pues, a enfrentar todos los obstáculos, incluida la apatía de tus compañeros, de quienes leo, no han tomado conciencia de la situación ni aprecian del todo tu iniciativa. "Si tú cambias, nosotros tamibén" que pusilanimes, Por qué condicionar lo que debiera surgir del espíritu y proclividad al servicio que todo maestro debe tener. Has escrito German, un excelente texto.
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January 21, 2020
 

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busy