Gracias Lucy por el comentario. Agradecido como siempre de tu presencia. Saludo afectuoso.

Llevas razón Elvia en lo que expresas, sobre todo en las líneas finales de tu amable comentario, así es, todavía quedan manzanas sanas en el cajón. No todo es pobredumbre y podredumbre en la humanidad. Saludo afectuoso.

Me gusta tu opinión sobre el tema María. Interpretas con tino en gran medida lo que he pretendido decir en el texto. Porque creo que resulta evidente y me parece que hasta irrefutable que la humanidad se debate entre la violencia y la anarquía. Vamos, hasta pudiera ser ocioso el ejercicio que hice de escribir para poner en la palestra la gran contradicción que hay actualmente en nuestro convulso mundo. Porque mientras alguien dice “TE AMO”, muchos otros vierten odio en su derredor. Si amiga, poco, muy poco, podemos hacer en lo individual para mejorar las condiciones sociales que prevalecen en todas las latitudes. Claro, habrá quienes se conformarán con encerrarse en su mundo familiar idealizado al deleitarse en la contemplación del ser amado, en la compañía de los hijos, en la armonía de la merienda en familia y cerrarán los ojos felices, pensando que con ello están cambiando las condiciones del mundo. Bueno, esa idea me parece exageradamente optimista y conformista, pero finalmente se debe respetar y lo hago, lo mismo con la opinión que viertes sobre el tema. Te confieso María que no me arrepiento de haber publicado este tema sombrío, pero real, sigo pensando que mientras una madre desbordada en arrumacos atiende a sus hijos, hay otras madres transidas en llanto que lloran por la desaparición de los suyos. Gracias amiga por opinar.

Gracias María José por tu comentario, conmovedor en su parte final.Afectuoso saludo.

Ciertamente Enrique, hay mucho pesimismo en el texto sin ser mi intención inducir a los lectores a caer en ese ánimo. Estoy seguro, pues me queda claro que eres una persona por demás inteligente y sensible, que encontrarás entre líneas la primigenia intención que hubo en mi mente cuando le dio el impulso a mi mano para escribir el “dizque” poema. Mira, quise, después de leer tu amable comentario, me doy cuenta que no lo logré, deseaba decir a los lectores que fuera del entorno amoroso de pareja, el cual es personalísimo, mágico, enternecedor y muchas veces edulcorado. Más allá de ese mundo de “dos”, hay un universo polifacético, dramático y cruel que a cada momento va tejiendo la condición humana. Esa es la intención de mi texto amigo, lamento y mucho no haberlo logrado por lo que ofrezco disculpas a quienes lo lean después de ti. Por otro lado Enrique, mi imaginación nunca se ha quedado quieta, no me ha permitido ser monotemático. Tengo textos críticos, de amor erótico, otros cursis, algunos de humor negro, también pasionales, hilarantes, bobos por ocurrentes, de “sal y de manteca” como se dice coloquialmente, ahora deberé agregar pesimistas, como tú bien dices. Por último amigo, creo sinceramente, que los que nos atrevemos a escribir públicamente no debemos acartonarnos en un solo matiz, porque la vida no es así. Ah, y respecto al tema amor, tan importante es escribir sobre el amor al próximo, como del amor al prójimo. Afectuoso saludo como siempre Enrique.