Celebracin
Publicado en Jan 30, 2020
Pasada la media noche el jolgorio estaba en pleno apogeo. A pesar de la penumbra del lugar, pues la luna se rehusó a iluminar aquel sitio rodeado de altas tapias, el ambiente era de fiesta entre los usuarios del mismo. Quienes alguna vez tocaron algún instrumento musical improvisaron la música, se formaron parejas espontáneas y grupos heterogéneos ejecutaban un simulacro de baile y a pesar de lo discorde de la melodía ellos hacían el intento. No era para menos, no todos los días se cumplen ciento cincuenta años sin que se registrara un solo deceso dentro de los límites de aquel terreno de reposo. Era tal el escándalo producido por el festejo que un despistado que pasaba cerca del lugar se decidió a brincar la tapia a pesar de la oscuridad que reinaba. Estando el tipo en lo más alto perdió el equilibrio y cayó de bruces dentro del sitio aquel. El porrazo fue tremendo, maltrecho, a punto del colapso se puso en pie y al ver quiénes eran los que celebraban de plano se infartó y murió. Los concurrentes al festejo con las mandíbulas desencajadas hicieron silencio inmediatamente y en desordenado cortejo volvieron a su respectivo sitio de descanso. Ya no había ni habría motivo de festejo nunca más, pues aquella noche por primera vez había muerto alguien en aquel cementerio.
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Elvia Gonzalez
kalutavon
Serena
kalutavon
Enrique Gonzlez Matas
Tu negro humor hace reír y deja una impresión de dudosa fiesta.
Enhorabuena con mi abrazo.
kalutavon
Mara Vallejo D.-
Este relato, amigo mío ha impactado mis sentidos, te comento, que cada 8 días visito a mi esposo (falleció muy joven, hace 12 años)
tengo sembradas campanas amarillas en su tumba y, en mi movil coloco una de nuestras canciones "Milagro de Abril", (nos conocimos en ese mes), cierro los ojos y entre el silencio y la brisa eterna , suave y fresca, las imágenes inundan mi mente e imagino a todos escuchando la canción y, otros deseando suba el volumen; eso lo siento siempre que voy, duro horas sentada en mi silla plegable haciendole compañía a él y, a quienes han sido olvidados. Eso me hace feliz, luego regreso a casa y siento que él siempre está con nosotros. (No estoy loca, vale?) Solo que no se olvidar.
De nuevo, disculpa mi osadía. mira lo que has lograo con tus letras!
Sabes bien que no soy muy dada a escribir extenso.
Abrazos
María
kalutavon