Habían pasado 8 meses desde que su mejor amiga Isabela se fue a vivir a otro país, pensaba Félix, mientras se dirigía a tomar un baño de agua caliente, esa mañana salió un radiante sol que prometía un grandioso día. Entusiasmado preparo su desayuno de café con pan, huevos y jugo de naranja. Con su barriga llena y corazón contento salió hacia su trabajo de agricultor, regando con bastante agua sus plantas, de papa, maíz y hortalizas como cebolla, brócoli, espinaca, lechuga y zanahorias, y claro sus arbolitos de capulí, sauco, y aliso, después paso alimentar a sus 5 gallinas, con maíz y algunas lombrices que obtenía de su lombricompostera. Él era muy afortunado por que vivía a las afueras de la ciudad y tenía un gran patio que aprovechaba al máximo, se dispuso entonces hacer labores culturales como quitar las hojas marchitas, remover manualmente algunas arvenses como el corazón herido que crecían dentro de los cultivos, las cuales son buenas, pero lo ideal es que estén solo cerca y crezcan por los alrededores. Sembró luego unas plantas de manzanilla y cosecho algunas de las verduras que ya estaban listas.
Llevo entonces en su bicicleta la verdura hacia el restaurante de su amigo Carlos que se las compraba a diario, enseguida llego y se saludaron con aprecio.
Félix comía temprano ya que el atendía con una gran sonrisa a los comensales que concurrían por un delicioso almuerzo, de comida natural.
Ya en la tarde caminaba hacia sus clases de idiomas de inglés y francés.  A las cuales asistía 3 veces por semana.
Finalizada la clase, lo llamo su amigo mateo para ir a bailar con sus amigas Nora y Aida. A Félix le gustaba, bailar, cantar, un tanto desafinado, e ir a conciertos, por lo que quedaron de verse a las 9 en una discoteca.
Estando en la disco Félix y mateo hablaban y se reían mientras esperaban a las chicas, fue una genial noche, bailaron, tomaron cerveza, y se reían de las estupideces que comentaban.
Era un nuevo día estaba nublado y llovía por lo que Félix se quedó en casa haciendo deberes varios como barrer y limpiar, quedándole tiempo para una aromática caliente y un buen libro, por fortuna escampo y se apresuró a llevar las verduras donde su amigo Carlos.
Esa tarde quedo de jugar baloncesto con sus amigos, tuvieron un gran partido. Félix de regreso a casa se compró un helado a pesar del nublado día y compro algunos productos que necesitaba.
Llego a casa vio las noticias, que anunciaban una gran marcha, para exigir cosas básicas, como la paz, la justicia social, esta se llevaría a cabo al otro día, invito entonces a todos sus amigos y amigas a que salieran a marchar y así fue al siguiente día una multitud de felinos inundaban las calles con arengas y cantos, se movilizaron hasta la plaza, estando ahí se oyeron discursos, y después la mayoría de la gente comentaba su mal gobierno, y como debían de organizarse para cambiarlo.
 
Amanecía nuevamente otro día de lluvias que Félix agradecía por el agua que regaba sus plantas y árboles, se dispuso hacer sus deberes, que debía entregar en sus clases de lenguas, además que tenía una evaluación, para ver cuánto había avanzado. Casi siempre le iba bien en estas pruebas que resolvió en menor tiempo esta vez. Así que al salir del salón converso con sus compañeros de que tal la prueba, de cómo iban las protestas, de varios temas.
Camino con una amiga que vivía cerca a su casa y se despidieron con un abrazo.
Félix lleva una agradable y saludable vida. Solo una tristeza llevaba en su corazón recordando el día en que declaro su loco amor a su amiga Isabela con la que estudiaba leguas y salían a todas partes, les encantaba escuchar música juntos, pero la vida es así, se consolaba Félix, cuando amas no te aman y cuando te aman no amas. En los momentos en que lo embargaba la tristeza, Félix meditaba, en primer lugar, agradecía y pedía porque su amiga se encontrara siempre bien en donde quiera que estuviera, luego pensaba en las cosas buenas que lo rodeaban como sus amigos, amigas, familiares, sus plantas y árboles y así escuchando música, algunas veces con videos graciosos, se amenizaba el momento y volvía la sonrisa a su cara.