A los amores de buena letra
Publicado en Mar 15, 2020
A los amores de buena letra
Fue después de la caída en la “guerra fría” que ( fue cuando no nos hablábamos, ni siquiera cruzábamos miradas) decidimos hacer públicas nuestras diferencias, esta situación sirvió de pretexto parar volcar sus calumnias más infames sobre la espalda de su vencido. Esto me obligó a irme de refugiado a la casa de un amigo, durante varios meses, como vencido y desterrado ya casi no tenía recursos para moverme y dependía de las contribuciones de amigos y familiares, donde encontraba un eco de simpatías. Un grupo de amigos autodenominados “la liga de la paz” se organizó para oficiar de mediadores en el conflicto “armado” Una de las primeras medidas fue realizar un encuentro de acercamiento en un bar de la zona. El grupo reducido e íntimo acudió a la cita, mi postura fue: Esta relación no tiene razón de ser, por lo tanto una alianza es absolutamente imposible. No era de extrañar que también la otra parte estuviera de acuerdo conmigo, y aceptara el hecho de que, para el desarrollo truncado de esta relación era virtualmente imposible otra oportunidad. Esos esbirros de las pasiones, nos mostraron su sabiduría con insistencia, pero nosotros les enseñamos el sentido de la rebeldía, a esos sátrapas del amor, les contamos como al principio muchas noches habían muerto en el silencio, después comenzamos con esos gritos combativos, así habíamos matado a muchas caricias inocentes, como esos enojos bandoleros, les contamos al detalle como esas balas sus y metrallas habían hecho de nuestra cama un campo de batalla. No estábamos preparados para luchar por nosotros, el amor es una historia de sacrificio y sangre y una historia del desamor también. La ira y el enojo en su potencia de fuego hicieron su última ofensiva, la protesta airada fue mucho más violenta y agresiva, mucho más profunda, desde alguna ciénaga del interior salieron los cañones de corto, medio y largo alcance, el combate duró de la noche a la mañana. Pudimos ver como el otro también estaba armado y lo que es capaz el hombre cuando en su pecho carga un arma. (Hoy puedo comprender que un beso bien dado en la frente es una de las grandes manifestaciones pacíficas) Hasta comprender la conclusión inevitable: Nos hemos desarmado en la miseria del oprobio,nos creíamos dueños de la verdad, y creimos en los sueños, creíamos que en las escaramusas siempre había un ganador sin entender que los contedientes siempre intentan destruir al otro, que hay alevosía, que el fin último de la guerra siempre es: aniquilar al enemigo. Me despedí con un beso en la frente.
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Enrique Gonzlez Matas
De nuevo te felicito, amigo Gonza, por tu originalidad.
Un abrazo.
gonza pedro miguel