Abstinencia
(Antipoema)
 
Siento mi mano transfigurándose,
elevándose en el humo de mi cigarrillo
¡Pero no estoy fumando!
Estoy pensando, imagino que fumo
¿De dónde sale el humo?
Espero una carta todavía no escrita
donde se me invita
a una cita a la que no fui
o no pude llegar
ya no recuerdo.
¿Será porque nadie quiso invitarme?
¿Porque fumo mucho?
¡Ah este humo me molesta!
Abriré la ventana, la dejaré abierta
miraré esa calle desierta
que en la esquina tiene un cartelito
apenas sostenido por cuatro clavos
como sellando un ataúd
donde se puede leer “Calle Tristeza”…
Mientras tanto, aunque no tenga cerillo
¡Encenderé un cigarrillo!
Para alejar el humo de mi cabeza.