COVID-19 & Chernobyl (O el eterno retorno de la mezquindad humana)
Publicado en Mar 20, 2020
En mi infancia hubo dos sucesos que me marcaron hasta lo más profundo del ADN emocional. Fueron sucesos totalmente ajenos a mi persona pero quizás, al ser ajenos, los dos sirvieron como catalizadores de una incipiente y marcada empatía de mi personalidad.
Me refiero a lo acontecido en Alcasser, que me pilló muy joven, y el accidente de Chernobyl, que aún me pilló más joven. En el que hoy me quiero centrar (no vaya a ser que reciba amenazas) es en el segundo. Mi primer recuerdo del mismo no fue ni el día del suceso, ni los días posteriores. Era muy pequeño y no recuerdo nada. Pero muchos años después, a mediados de los 90 recuerdo haber visto un documental en “La noche temática” en el que abordaron el suceso. Desde aquel día he visto y leído mucho del tema, siendo la miniserie de HBO lo ultimo que vi sobre el fatídico acontecimiento. Hay una conclusión a la que se puede llegar sin demasiadas vueltas: en los dos sucesos hay, entre otros poco amables conceptos, mezquindad en cantidades inasumibles para cualquier conciencia sana. Curiosamente los dos sucesos están de actualidad últimamente... No he podido evitar que todo este asunto del coronavirus me recuerde, por pasmosa similitud, al suceso de Chernobyl. Toda la falta de organización, el desconocimiento, el negacionismo, la irresponsabilidad, la mezquindad… Trabajo en una planta industrial. Pero no pertenece al sector de lo que se podría considerar como bienes o productos de primera necesidad. A día de hoy hay mucha industria que no siendo de primera necesidad, y amaparándose en que el decreto de Estado de alarma se lo permite, no ha interrumpido su actividad exponiendo así a todos sus trabajadores al contagio, a los familiares de estos... y el efecto dominó podría continuar. Desconozco los motivos que tuvo el gobierno para no parar absolutamente toda la actividad que no fuese verdaderamente necesaria, aunque me los puedo imaginar y no distan mucho, en cuanto a calidad ética, de los que el politburó manejó para la gestión de Chernobyl. No tengo intención de criticar al gobierno, este ya se está llevando palos día tras día. Mi intención va algo mas allá. Aquí pretendo poner de manifiesto lo mezquino que vuelve a ser el genero humano. Antes que la ley, está la conciencia, la ética, la moral, o llamenlo como quieran. Pero en definitiva, es vergonzosamente ruin ampararse en que la ley te permite hacer algo para continuar haciéndolo aun sabiendo perfectamente que estás actuando de forma notablemente irresponsable. Estás poniendo en grave riesgo la salud de muchas personas por un interés económico. En mi empresa siempre se ha hecho mucho hincapié en la seguridad (“La seguridad es lo primero”, frase que se escucha tal cual en la serie de Chernobyl). Se insiste que la seguridad está por encima de la producción sin duda alguna. Se repite hasta la saciedad como si de un mantra se tratase. Cabe preguntar entonces ¿Qué está pasando ahora?. ¿Qué ha hecho que cambie esa supuestamente sagrada jerarquía de prioridades en la que la seguridad está por encima de todo? Quizá aquí, que ya nos manejamos fuera de lo que contempla la legislación relativa a riesgos y accidentes laborales, la seguridad que cuenta es la del bolsillo del accionista o inversor. Hay un filosofo francés del periodo de la Ilustración llamado Claude-Adrien Helvétius que defendía una interesante teoría: Para él, en la benevolencia residía como huésped de honor el egoísmo, ya que un hombre benévolo era alguien en el cual un espectáculo de miseria le producía una sensación dolorosa, con lo que, aspira a suprimir o paliar la misera o desgracia humana simplemente porque le producen sensaciones desagradables. ¿En que lugar quedan según esto anterior los que no tienen el egoísmo suficiente para anteponer la salud pública a su mezquino bolsillo? Yo por mi parte soy un egoísta. Si estuviese en el lugar de esa gente, pediría de forma activa el cese temporal de la actividad. Mas que nada, para no sentirme mal conmigo mismo. Para no sentirme al borde de la conducta criminal. Para acabar decir que argumentos del estilo a “no se puede parar la actividad porque la delicada situación de la empresa no lo podría asumir” tienen un contra-argumento aplastante: Echa el cierre y punto, pero no pongas en riesgo la salud del que constantemente te escucha decir que la seguridad es lo primero.
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Maria Jose L de Guevara
¿En que sitio de las resposabilidades de los errores humanos te ubicas tú, en el de las víctimas, el de los inocentes expectadores, o en de los cómplices?
Saludos
María José Ladrón de Guevara.
Krzysztof
Y no hablo de errores, hablo de estar haciendo algo a sabiendas de que no es lo correcto, a sabiendas de que es peligroso.
Creo que claramente estoy entre las víctimas, aunque de momento soy solo víctima en potencia. De hecho no creo que existan los inocentes espectadores, estos son solo víctimas que se han librado.
En cuanto a los responsables y los cómplices, a menudo, están tan ciegos en su avaricia que no saben que ellos también "están aquí" y acabarán siendo víctimas de su irresponsabilidad. (No hay que olvidar que en mi escrito se trataba principalmente de dos ejemplos muy concretos: radiación y propagación de un virus. Difícilmente alguien escapa de eso a voluntad)
Maria Jose L de Guevara
Y cuando dices que el mundo no hace más que fomentar la misantropía, yo, al menos me siento muy lejos de fomentarla porque jamás sectorizo para condenar ( prefiero, antes, escuchar razones). No leí en tu artículo esa actitud.
Ahora, que existen a menudo irresponsables y ciegos de avaricia, quién te lo puede negar y por supuesto siempre estarán expuestos a las consecuencias surgidas desde sus actos.
En cuanto a la responsabilidad de los seres humanos cuando éstos realizan actos de riesgo, practicando mi profesión aun no he hallado a un verdadero inocente; siempre existe un grado de culpa, por ínfimo que parezca.
Por último, con respecto a las creaciones peligrosas: Cuando se crearon los primeros automóviles, para su circulación se reglamentó que en su trayecto lo antecediera una persona con una gran bandera que indicaba el peligro. Así se fue construyendo el "progreso" en el que hoy estamos incluidos como "víctimas".
Krzysztof
Sí la gestión y mentiras a raíz del accidente.
Estás dos líneas anteriores son mero adorno, en realidad la respuesta al comentario, mejor que con palabras, invito a visualizar la imagen del típico mato rodante del spaghetti western por una calle desértica.
Maria Jose L de Guevara