Todos los habitantes del planeta tierra estamos unidos en el mismo dolor, algo que jamás habíamos vivido ni imaginado. Las soluciones van para todos, pero hay gente que no puede o no quiere cumplir con los decretos que buscan soluciones. Todo va cambiando, estamos aprendiendo y esperando que llegue el día que dicha pandemia termine.
Felicitaciones Raquel y gracias por compartir tus poesías.
Un abrazo
Lucy

""¡Señor...Danos otra oportnidad!"" Este es el grito de la humanidad. Exquisito leerte mi querida Raquel. Dios te bendiga e ilumine tu don.

Bellísimo poema, plegaria
Como dice María seguramente será escuchada.
Esperemos que al final haya una mayor espiritualidad
y respeto por la naturaleza.
Saludos, amiga

Una plegaria que estoy segura sera escuchada . . .
Un abrazo amiga Raque.
Grato leerte
Maria

Ecos bíblicos de perdón y súplica, amiga Raquel.
Pasará la epidemia y seguiremos igual, puesto que no aprendemos que la solución a los problemas globales tiene que ser global.
Enhorabuena con mi abrazo.

Muy buen texto , conmovedor , todos estamos viviendo al filo del precipicio aislados por obligación , no hay quien pueda con esta pandemia más que algo superior a los humanos. Es para reflexionar al respecto. Abrazos y cuidate.

Esperanzador el tema de tu poema Raquel. Utópico en su realización, desgraciadamente la realidad nos da una bofetada. Pues sin duda habrá millones de seres humanos que postrados o no, piden a quien ellos quieran pedir "una oportunidad", seguramente con el semblante contrito por el arrepentimiento y el ánimo lleno de fe. Pero están los otros, decenas de miles, como los comerciantes abusivos que aumentan de una manera criminal los precios de los productos que venden, también los acaparadores, los saqueadores quienes aprovechan la situación para delinquir en grupo, los políticos que fortalecen su status beneficiándose con la crisis y otros tantos más. Y hasta es posible que todos los que al final he mencionado también pidan "otra oportunidad", otro tipo de pandemia quizás, para volver a lucrar con el dolor ajeno, para aprovecharse del miedo generalizado y así mostrar la maldad de su condición humana. Nos queda pues, estimada Raquel, unirnos los que pedimos una oportunidad para enmendar el camino y demostrar que hemos aprendido de nuestros errores y establecer con los iguales lazos de fraternidad como se advierte es la intención de tu poema. Afectuoso saludo.