El miedo a engordar.
Publicado en Apr 04, 2020
Últimamente me he sentido mal, seguramente es por la cuarentena, por la obsesión que tenemos con la productividad y la frustración que causa no lograr hacer nada durante el día. Sin embargo, me he permitido pensar muchísimo, y me pareció curioso darme cuenta que el mundo está teniendo problemas grandísimos y que la preocupación más grande que tengo es que no quiero engordar. Cuando tenía 6 años escribía cuentos de osos y mundos de fantasía donde todo terminaba bien, así que cuando decidí escribir sobre cómo me sentía por primera vez, lo hice en tercera persona, como si se tratara de algún personaje más, con la esperanza de que se cumpliese ese final. Después de ser diagnosticada con Dermatomiositis Juvenil, dejé de participar en varias actividades (no solo porque la enfermedad me causaba cansancio, sino porque me sentía acomplejada por mi apariencia), ya no quería salir ni comprarme ropa porque cada vez que lo hacía, me sentía observada. Mis familiares me hacían saber cuánto había engordado, y las personas ajenas a mí no podían resistirse a opinar algo sobre cómo me veía. Tuve mi primera dieta a los 7 años, y a la misma edad lloré por primera vez por haber comido algo que no debía. Ese día salí corriendo de la escuela y cuando llegué al carro le conté a mi mamá que me había comido unas galletas y no paraba de llorar porque quería regresar a comer lo que quisiera sin pensar constantemente que engordaría. Empecé a medir visualmente lo que comía, y a ver calorías por encima de cada comida. Me sentí una molestia porque en mi casa tenían que cocinar “para mí” y después “para los demás.” Al comenzar una nueva dieta, lo primero que pedía era que no compraran cosas que me dieran tentación y me sentía mal porque por mí, nadie iba a comer lo que querían. Crecí odiándome y durante mucho tiempo pensé que lograría ser feliz hasta estar delgada. Ese deseo de llegar a mi meta era tan grande que a los 14 años comencé una dieta de 1200 calorías y el consumo de ansiolíticos. Me daban muchos dolores de cabeza, me sentía somnolienta todo el tiempo, en fin, efectos secundarios. Pero empecé a adelgazar, mi nutricionista me felicitaba, mis compañeros también lo notaban, ¿Significa que todo está yendo bien no? Lo único que necesitaba era validación y la estaba recibiendo. Asistir a cita con esta nutrióloga era caro, y decidí darme de baja porque no quería causar tanto gasto. Volví a recaer, volví a engordar, perdí la validación y de nuevo volví a recibir comentarios innecesarios. Incluso comentarios como “Mi amigo y yo hemos hablado sobre lo hermosa que vas a ser cuando adelgaces” me hacían sentir presionada. Recuerdo una ocasión donde una amiga tuvo la intención de quitarme el chicle que estaba a punto de comer, para decirme “Por eso no adelgazas.” Supuse que lo decía de broma, pero fue un comentario que, hasta el día de hoy recuerdo, porque engloba toda la culpa que me he hecho sentir hasta por lo más insignificante. Tuve una mala proyección de autoimagen gran parte de mi infancia y de mi pre-adolescencia, afortunadamente, por medio del feminismo logré cambiar mucho la forma en la que me valoraba y me percibía, estoy mucho más consciente de que mi valor no depende de mi peso y que definitivamente no seré feliz hasta “estar delgada.” La forma más bonita de demostrarme que me amo es esforzándome por lo que quiero y no dejar de lado cómo me siento. Duré años lastimándome y eso afectó y limitó la forma en la que me relacionaba conmigo misma, con los demás y con el mundo en general. He mejorado, se los digo con seguridad y sé que mis amigos lo pueden corroborar, pero es inevitable no recaer en algunos sentimientos. Es inevitable sentir miedo a engordar, precisamente porque toda mi vida me han hecho pensar que engordar es sinónimo de fracaso y descuido y que, sea como sea que lo haga, adelgazar siempre será visto como un logro. Así que, no importa que las últimas dos semanas haya adelgazado un kilo por sentirme triste, igual lo primero que dirán es “por lo menos no engordaste.”
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Fepraa
Pd: yo soy gordita y me gustaría adelgazar para sentirme mas liviana y vigorosa pero también se valorar la belleza de los gorditos :p. Saludos!