Ella y el mar.
En una conversación, en medio de un parque, parpadeas y cuando te das cuenta estas navegando, escuchas lo que dice y se sienten como olas, van y vienen, pero tienen un rumbo, siguen una luna que las impulsa.
Vuelves a parpadear y te das cuenta de que solo estaba hablando -te preguntas ¿que pasara si navegas un poco más?- y terminas como un marinero, bebiendo un poco para estar mas con ella y con el mar. Vuelves a navegar y te mareas, sientes que la vida te lleva y te estremece en ese mar, piensas si las banderas del barco resistirán tal odisea, tomas el timón y vas sin rumbo, esperando ser un Cristóbal Colon y descubrir tu propia América, de repente estas frente a ella y no eres un marinero; y ella no es un mar, solo tu frente ella, dos mares en un mismo cielo, hablando entre sí y mirándose en reflejos, esperando una tormenta o un marinero que les cambie de luna.