El pedir ayuda no es oprobioso Karina, al menos eso es lo que creo al igual que tú. En aquellas ocasiones cuando nuestro espíritu se doblega, la voluntad se tambalea y el ánimo sucumbe ante la adversidad, del tipo que ésta sea, si la ayuda no viene a nosotros es muy válido solicitarla de alguien más. Recuérdese, muy a propósito con estas fechas que se conmemoran, aquel personaje bíblico que ayudó al Nazareno a cargar la cruz. Cierto Karina, cuando nuestras capacidades no sean suficientes para resolver algún problema que nos agobia, pidamos ayuda, ya sea a la divinidad en la que creemos o a nuestros semejantes, de entre ellos seguramente surgirá un Simón de Cirene que nos la proporcionará. Afectuoso saludo.