Señor, me permito, en el nombre de muchos en nuestro país, solicitar tu perdón por las barbaridades nuestras de cada día: perdón por tener un gobierno que mete la pata en tres de cada cinco iniciativas, perdón por los intransigentes opositores que no dejan avanzar en ninguna materia, perdón por los ladrones de cuello y corbata que nos sorprenden día a día con pastelitos nuevos, perdón por los que aun no han sido pillados en sus robos ya materializados, perdón por las discusiones inútiles que no llevan a ningún lado en el parlamento, perdón por los señores empresarios que se compran a medio mundo para que legislen a su favor, perdón por los que se coluden para extraernos más dinero de lo que dicta la decencia por sus productos, perdón por las grandes cadenas que explotan a sus trabajadores con horarios y sueldos dignos de esclavos, perdón por los numeritos que se mandan en el poder judicial con sus sentencias ridículas, perdón por los que nos llenan la cabeza de noticias sin importancia y de publicidades sobre cosas superfluas, perdón por los que emiten declaraciones públicas para defender a los indefendibles, perdón por los que manifiestan arrepentimiento solamente cuando se les ha pillado en sus fechorías, perdón por los que le faltan el respeto a las autoridades, perdón por los cínicos que nos mienten sin que se les note ni una sola arruga en su cara, perdón por los que lucran con la salud de las gentes, perdón por los políticos actuales y futuros…por todos ellos te pedimos, Señor, perdón…pero sobre todos te pedimos perdón por nosotros mismos porque estoy seguro que en las próximas elecciones vamos a votar por los mismos sinvergüenzas de siempre.
 
Amén.