EL SEOR DE LOS MILAGROS
Publicado en Oct 05, 2009
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En este octubre neblinoso, gris, de la ciudad capital, asfixiada y sojuzgada por el vértigo de la metrópoli que se moderniza; se arrebata y cohíbe para que surja el fervor de estos días místicos, su tradición más arraigada, la procesión del Señor de los milagros.
Esta tradición empezó en una modesta cofradía de negros Angolas, un día uno de ellos con su mano humilde, pinto sobre una pared de adobe una efigie de Cristo crucificado, acompañado de su madre la Virgen Maria y la otra Maria la Magdalena, cuentan que una vez se ordeno borrar la pintura, pero que el brazo del que se disponía hacerlo se le paralizo de inmediato, y que en el terremoto de 1,655 todo lo que estuvo alrededor se vino al suelo pero la pintura quedo en pie, lo mismo sucedió en el terremoto de 1,687, y así creció el culto y se dedico el cuidado al monasterio de las Nazarenas.
Y en estos días de indecisa y apocada primavera, se exalta el catolicismo ante las andas del Señor crucificado, que la defiende de los temblores en esta medrosa ciudad, que le tiene miedo al fin del mundo y al infierno, esta imponente manifestación de fe, impresiona, enternece, conmueve, donde el noble y el villano, el prohombre y el gusano, se juntan sin importar la facha, esta también la noble y la villana, la gran mujer y la gusana, en esta peregrinación a través de las calles de la ciudad, entre nubes de incienso y sahumerio, quienes no se sienten acompañados en la procesión, se sienten animados por el despliegue de los vistosos trajes morados de los fieles, las ofrendas y los cirios y el dulce regalo de un turrón de doña pepa.
Las ingenuas palabras del catecismo vuelven a la mente y salen por los labios, corren las lagrimas por los ojos, la gente canta alabanzas, y en este desfile dulce y místico acompañado por la banda de músicos, los milagros se cuentan de boca en boca, y aumentan las plegarias, la ciudad pecadora se arrepiente de palabra, pensamiento y obra, y triunfa el Cristo morado, que murió crucificado para redimirnos del pecado original.
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Foto del autor MANUEL JESUS LOPEZ GRANADOS
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Descripción

Las ingenuas palabras del catecismo vuelven a la mente y salen por los labios, corren las lagrimas por los ojos, la gente canta alabanzas, y en este desfile dulce y mstico acompaado por la banda de msicos, los milagros se cuentan de boca en boca, y aumentan las plegarias, la ciudad pecadora se arrepiente de palabra, pensamiento y obra, y triunfa el Cristo morado, que muri crucificado para redimirnos del pecado original.

Palabras Clave: IMAGEN MILAGROS SEOR PLEGARIAS PECADO CRUCIFICADO CIUDAD LIMA

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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