Desde que te vi, supe que eras diferente...
 
Tanto tiempo anhelando encontrar magia. Tú brillo en tu mirada te delataba; la misma es como ese tipo de estrella peculiar que no se observa frecuentemente en el firmamento, pero que cuando uno se embelesa, los sentidos encuentran magistralmente su armonía.
 
Me pregunto: ¿ cómo otros corazones no lo pudieron notar?. Tal vez podría ser porque solo un corazón restaurado puede apreciar este tipo de rara pero apetecida belleza interna.
 
Tú sonrisa acaricia mi alma.
 
Tú amistad se ha vuelto como un interesante libro, que cada día mi ser quiere conocer más y más.
 
Es cierto que hay cosas que tardan en llegar y siempre lo bueno va de la mano de Dios; quizás te conviertas en esa brújula que vaya marcando en mi sendero un nuevo arco iris que jamás mi lienzo haya pincelado, eso aún no lo sabemos, pero el proceso es fascinante.
 
Es tan sorprendente cuando el corazón se puede expresar tan libremente y puede palpar la belleza de otro corazón sin temor alguno y a esos parámetros que nos limitan.
 
¿Que si quisiera que seas como la luz que irradía el sol y como la tranquilidad que brinda la noche?, pues tendrías que abrir mi pecho, desde hace mucho tiempo lleva impreso tu rostro.
Eres como ese ángel que me incita a volar por un nuevo horizonte y tal vez con mucha fe formemos juntos un bello oasis, quizás, solo se ahora, que tú tienes magia!...