Cada día aprendemos algo nuevo, algo que nos deja reflexionando sobre nuestro obrar. Pero definitivamente el único ser capaz de darnos ese temple para saber sobrellevar las adversidades de la vida y la complejidad e ironía de la misma, el único ser que puuede transformar nuestro interior, el único que nos puede ayudar a encontrar nuestro camino, alcanzar nuestros anhelos.
 
 
El único que conoce la fragilidad de nuestros corazones y la coraza que formamos para aparentar ser fuertes.
 
El único que convierte nuestras lágrimas en lecciones sabias. El único que nos pone siempre la verdad de frente aunque duela.
 
El único que está siempre ahí, cuando nos sentimos como un papel, usado y arrugado.
 
El único que sabe todo porqué lo hace, porque nada es casualidad,todo tiene una razón de ser.
 
El único que puede hacer lo imposible, posible; lo inalcanzable, alcanzable; lo lejano, cercano; lo duro, suave.
 
El único que no nos cuestiona y nos acepta con nuestros mil errores, dudas y defectos, pero que para corregirlos, nos hace experimentar situaciones difíciles para remediar todo ello.
 
El único que no nos pide ni exige nada, más que la confianza y entrega.
El único que nos hace entender que por épocas, es mejor aliarnos a la soledad, al silencio para reencontrarnos a nosotros mismos; el único que nos hace ver nuestras falencias, ese único ser es DIOS. Busquemos un pequeño espacio con él, de seguro nuestro corazón encontrará esa limpieza que necesita para seguir palpitando con intensidad y nuestro cuerpo, encontrará la energía necesaria para seguir rodando, en este mundo tan complicado e incomprensible.